Alucinaciones, amedrentamiento y control.

“¿Se nos persigue? Y bien: es lógico que se nos persiga, porque nosotros
somos una amenaza constante contra el sistema que ellos representan. Para
que no se nos persiga debemos ajustarnos a sus leyes, amoldarnos a ellas,
integrarnos a su sistema, burocratizarnos hasta los tuétanos de los huesos
y ser unos perfectos traidores….Pero ¿es que queremos ser así? No.
Entonces, nuestra práctica cotidiana debe nutrirse de nuestra imaginación
creadora, Nuestra fuerza reside en nuestra capacidad de resistencia. Nos
podrán quebrar, pero no debemos jamás doblarnos ante nadie”
-Buenaventura Durruti-

Explicaciones del golpe represivo del 16 de Diciembre pueden haber muchas
y muy variadas, causas generales  especificas que se entrecruzarían para
tejer las redes delirantes del poder que llevaron al encierro de nuestrxs
amigxs y compañerxs.

Una de las causas generales quizás tenga relación con el estreno y la
puesta en marcha de la Ley de Seguridad Ciudadana, conocida como “Ley
Mordaza” que junto con el endurecimiento del código penal que restituye la
cadena perpetua, otorgan un marco que pretende ejercer un control más
eficaz por parte de la autoridad que se blinda en su paranoia constante.
Se endurecen las penas por atentado a la autoridad, por desordenes
públicos y desobediencia, también se castigan las protestas sociales como
las llevadas a cabo por el 15M o la PAH (Plataforma de Afectados por la
Hipoteca). Los sectores progresistas y socialdemócratas afirman que con
esto el Estado “deja menos espacio de libertad” y que “se criminaliza la
lucha por los derechos”. Como se ve, esta vuelta de tuerca del aparato
jurídico-represivo ataca al ciudadano, es decir, a quienes luchan por más
y mejores derecho, por más y mejor democracia, por lograr un mayor grado
de participación en la administración de la miseria.
Libertad y derecho suena contradictorio. Como anarquistas entendemos que
mientras más derechos se otorguen más fuerte se torna el Estado y, por
ende, nuestro sometimiento es mayor. No por ser la opresión más sutil, más
democrática, dejará de serlo, por el contrario, en su invisibilidad se
naturaliza y de esta manera se fortalece. Somos por lo tanto, contrarios a
la categoría de ciudadanos, buscamos incansable y obstinadamente ser
individuos libres y no estamos dispuestos a mendigar más eslabones en
nuestras cadenas. La lucha por los derechos ciudadanos no es la nuestra.
Es probable entonces que en el camino de endurecimiento de los mecanismos
de control, el poder quisiera golpear a lxs anarquistas en una clara
pretensión amedrentadora que haga saber las consecuencias de posicionarse
en su contra. No es nada nuevo. En reiteradas ocasiones el poder ha
“recurrido” a lxs anarquistas para experimentar sus ajustes y
modificaciones legales destinadas a reforzarse.

El innegable aumento de las protestas callejeras este último año en
Barcelona, tanto en cantidad como en intensidad, puede constituir otra
causa del encarcelamiento de nuestrxs amigxs. La pérdida del miedo en las
manifestaciones ha sido notoria y notable, lo que conlleva un rechazo en
la práctica de los valores cívicos propios de la conducta ciudadana. Por
unos instantes lxs jóvenes toman el control de sus vidas quebrando con lo
establecido y son estos fugaces momentos los que el poder intenta frenar
en su propagación y extensión con su clásica estrategia; represión y
cárcel para quienes reivindican explicita y públicamente la Liberación
Total.

El F.I.E.S En la cárcel y en la calle
Más allá de las causas derivadas del marco general de control
especificadas en la creación de la ley de Seguridad Ciudadana y el
endurecimiento del código penal, se encontraría la táctica represiva
utilizada por diferentes estados-nacionales contra entornos anarquistas
traducida en encarcelamientos masivos con cargos imprecisos de terrorismo.
Marini, Cervantes, Caso Bombas, Ardire y la nueva Operación Pandora se
enmarcan dentro de la misma lógica siendo ejemplos de una estrategia que
más que concentrarse en determinar responsabilidades respecto de hechos
concretos, golpea a espacios anárquicos específicos intentando de esta
forma, ejercer un férreo control sobre el anarquismo en general. Medidas
especiales de seguridad en la prisión y seguimientos y escuchas
telefónicas en la calle. El control es constante y directo ampliándose a
diferentes y múltiples espacios con la utilización de más y mejor
tecnología. Si las personas detenidas son o no responsables de las
acciones que se les imputan (que en este caso también constituye un
enigma), al poder no le interesa, no es ese el propósito, lo cual se
demuestra, entre muchos otros aspectos, por la poca  nula prolijidad de
las acusaciones. Se busca ejercer un control directo a base de hostias
permanentes cuyo objetivo principal es la inacción y la desmovilización.
Si bien estos golpes represivos conllevan la investigación y, por ende, el
monitoreo de gran parte del entorno anarquista e incluso de algunos
sectores izquierdistas, la aplicación del derecho penal del enemigo
definida por el ideólogo nazi Carl Schmitt y la consecuente entrada en
prisión solo está reservada para algunxs; para lxs que reivindican sin
ambigüedades el enfrentamiento contra el poder, para lxs que insisten por
la autonomía y la libertad irrestricta sin dejarse llevar por espejismos
ciudadanos ni de independencia nacional, para lxs que utilizan toda su
creatividad y voluntad para construir redes de apoyo y solidaridad con sus
presxs. Esto es una constante en todos los embates que ha hecho el poder
en los diferentes países y pienso que el encierro de nuestrxs compañerxs y
amigxs no es la excepción.

Francisco Solar Domínguez
C.P.Villabona-Asturias
Módulo Aislamiento.


Para escribirles a los compas:

Francisco Javier Solar Domínguez
C.P. de Villabona
Finca Tabladiello s/n
33271 Villabona-Llanera (Asturias)

Mónica Andrea Caballero Sepúlveda
Ávila-Prisión Provincial
Ctra. de Vicolozano s/n
05194 Brieva (Ávila)