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Nacionales PP.Catalans :: 19/09/2015

¿Por qué nos interesa la independencia?

Pablo Hasel
La independencia no fortalece a la burguesía catalana como dicen tantos que se acaban posicionando, queriendo o no, con el nacionalismo español

En este texto explicaré los motivos por los que creo, como tantas y tantos más, que nos interesa la independencia de Cataluña y por qué voy a votar a la CUP el 27-S. Intentaré resumirlo al máximo por razones evidentes, aunque los argumentos podrían desarrollarse más.

Como comunistas, apoyamos lo que puede beneficiar a la clase trabajadora y la independencia de Cataluña, en este contexto, sería positiva por varios motivos. A la clase obrera de Cataluña nos conviene porque a la burguesía catalana se le acabaría la excusa de echar toda la culpa al Estado Español cuando ellos también son culpables directos de la dramática situación que vivimos. En caso de conseguir la independencia, mucha clase trabajadora que va a votar a representantes de la burguesía catalana (Convergència y ERC) se daría cuenta de que con ellos seguiremos sufriendo recortes, paro, explotación, represión, etc. Entonces se posicionarían en su contra y con un trabajo de lucha comunista detrás, los sumaríamos a nuestra causa, que es la de la clase obrera de cualquier lugar.

A la clase obrera del resto del Estado Español también le interesa porque el Estado quedaría debilitado si pierde un importante motor como Cataluña, y además parecería más débil a ojos del pueblo, habiéndose conseguido la victoria del independentismo mediante la desobediencia. Muchos tomarían nota de que no hay otro camino que la desobediencia civil. ¿Cómo no vamos a apoyar algo que debilita notablemente a un Estado tan antidemocrático? Sería un grave error estratégico y aunque sólo sea por eso, debemos apoyar la independencia de Cataluña. Pero como comunistas la apoyamos sin chovinismo alguno, recordando que compartimos enemigo con la clase obrera del resto del Estado y que nos une la misma lucha.

Los comunistas también defendemos el democrático derecho a la autodeterminación de los pueblos y si la mayoría del pueblo lo desea, la independencia debe concederse. Pero no somos nacionalistas y no apoyamos siempre la independencia, sino cuando conviene a la clase obrera como en este contexto ya explicado en las líneas anteriores. Y eso es el marxismo, el análisis concreto de la situación concreta. Sin embargo, muchos cogen citas sacadas de contexto de los clásicos marxistas para ir contra la independencia. Pero las citas de Marx, Lenin o Stalin que hablan de contextos parecidos nos argumentan que hay que apoyar la independencia si es provechosa para el movimiento revolucionario. En caso de que no lo fuera, evidentemente seguiríamos apoyando el derecho a la autodeterminación pero haríamos campaña contra la separación, como también lo explicaron perfectamente los clásicos comunistas. Como no es el caso, toca apoyar a una fuerza independentista ya que estas elecciones son la consulta que el Estado nos impide hacer por los cauces legales y hasta ellos lo saben, por eso llaman nerviosos a votar contra la independencia.

Como comunistas, es evidente a quién tenemos que apoyar ante las opciones de Junts Pel Sí o la CUP. Los primeros son responsables de políticas enemigas de la clase trabajadora y los segundos, aunque no sean el Partido Comunista que necesitamos para conquistar un día el socialismo, al menos se han pronunciado contra esas políticas y no son un partido absorbido por el régimen como Podemos o IU. Ambas opciones hablan de la imprescindible desobediencia que necesitaremos para declarar la independencia y ninguna concreta del todo, aún queda todo bastante difuso y abstracto, pero en todo caso ofrecerá más desobediencia la CUP que Junts Pel Sí, y más cuando los segundos hablan de una independencia dentro de 18 meses y los primeros quieren declararla mucho antes. Otra cosa es hasta qué punto van a desobedecer si el Estado Español los ilegaliza o encarcela, por ejemplo.

Pero eso está por ver, lo que es cierto es que para llegar a ese punto donde la desobediencia sea clave, hace falta una victoria de las fuerzas independentistas para que haya legitimidad para declarar la independencia. Cuantos más votos tenga la CUP, será más positivo porque podrá presionar para que se declare la independencia cuanto antes, para que la burguesía no tenga tanto protagonismo y para desobedecer ante la intransigencia del Estado fascista español.

Ello no implica que el apoyo sea incondicional, si la CUP acaba por no desobedecer como promete, habrá que retirarles el apoyo como es justo y lógico. Tampoco implica que la CUP sea la solución a todos los males, pues el socialismo no llegará por la vía parlamentaria ni sin un Partido Comunista profesional. La ruptura con el capitalismo no se dará con pacifismo. Pero mientras estén dispuestos a desobedecer ante la ausencia de democracia, nos tendrán a su lado pese a las diferencias.

Los hay que, volviendo a lo antes comentado de no saber analizar los contextos concretos, creen que el boicot a las elecciones se hace en cualquier caso. Nosotros defendemos el boicot en las elecciones generales porque en ese contexto es legitimar unas instituciones donde no tenemos cabida y que, además, repudia casi la mitad del Estado, conscientes de que sus vidas no van a cambiar por que otro partido del Régimen llegue al gobierno. Pero ahora votaremos el 27-S porque necesitamos legitimar el movimiento independentista que nos permita debilitar al Estado Español, enemigo común de las clases populares.

El 27 de septiembre votaré a la CUP y el 28 de septiembre exigiré que, si las fuerzas independentistas son mayoría, se lleve la desobediencia a los hechos, que no se quede en consignas.

Colaboraré en que la burguesía tenga menos protagonismo, porque somos los revolucionarios quienes de verdad estamos dispuestos a ejercer la desobediencia. En caso de que no haya desobediencia y no se atrevan a declarar y defender la independencia, quedarán retratados como unos cobardes y la clase obrera también aprenderá la lección. Desde luego, poniéndolo en la balanza, este proceso traerá más cosas positivas que negativas, sea cual sea el final. Apoyo la independencia en este contexto, por supuesto, pero eso no me hace olvidar que la lucha obrera es la más importante, y precisamente para debilitar a sus enemigos, lo hago. La independencia no fortalece a la burguesía catalana como dicen tantos que se acaban posicionando, queriendo o no, con el nacionalismo español y los intereses de la oligarquía fascista al querer impedir lo que les aterra. De independizarnos se le acabarían las excusas a la burguesía catalana y, además, no es una burguesía tan fuerte como la española, por lo que será más “fácil” derrotarla. Si los burgueses piden la independencia, a diferencia de años pasados, es porque se ven obligados ante el amplio movimiento popular que la exige. Debilitar al Estado Español y a la burguesía catalana es acercarnos al socialismo que necesitamos, seamos del lugar que seamos.

 

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