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Nacionales PP.Catalans, Nacionales E.Herria :: 05/01/2016

Pressing CUP vs relaxing CUP

Borroka garaia da!
En este recorrido político subterráneo de larga trayectoria chantajista es donde se encuentra la situación actual. “O Mas es presidente, o el proceso termina”

Una de las cosas que más me ha sorprendido en relación a la supuesta investidura de Artur Mas en Catalunya es precisamente el debate de la supuesta investidura de Artur Mas.

Recapitulemos.

Artur Mas por activa y por pasiva declaró que no sería obstáculo personal a la hora de llegar a acuerdos y que se apartaría si fuera necesario. Su posición en las listas de Juntos por el Sí en cuarto lugar reafirmaba sus declaraciones. Por otra parte, las CUP desde un principio dejaron claro que apostaban firmemente por el proceso pero que no iban a investir a Mas, símbolo indiscutible de la corrupción y el daño que está sufriendo la clase trabajadora catalana …

… pero no simplemente por eso, también han existido maniobras bajo el liderato de Artur Mas para ralentizar el proceso unilateral independentista con la intención de buscar un pacto de élites por arriba y de espaldas para negociar bilateralmente con el estado español una salida sin romper el marco político de dependencia. ¿En qué se basan para afirmar tal cosa?. En hechos, no en suposiciones o climas mediáticos.

El chantaje permanente ha sido la herramienta usada por Mas durante todo el proceso para mantener el control, hacer que éste no desborde la legalidad establecida y supeditar el movimiento independentista a sus intereses políticos. “Si no se hace lo que yo quiero no hay proceso”.

Si los Países Catalanes en conjunto aun con diferentes ritmos formaban parte del proceso “no hay proceso”. Si se pone a decisión del pueblo la continuidad dentro de la UE “no hay proceso”. Tanto en enero como en julio de 2013 se reiteró a las CUP que éstas son dos líneas rojas que nunca cruzaría y que, por tanto, insistir en ellas llevaría a que “no haya proceso”.

Rechazó la opción de hacer un referéndum unilateral el día de las elecciones europeas. En ese contexto la propuesta hubiera puesto en graves dificultades al gobierno español y hubiera convertido el caso catalán en un maremoto político rupturista a escala europea.

Bajo la batuta, liderato y sobre todo chantaje de Artur Mas se pasó de la promesa de un referéndum de autodeterminación vinculante acordado por todo el soberanismo el famoso 9N a un 9N descafeinado y meramente simbólico. Utilizando a Unión e ICV forzó además descartar una pregunta binaria Si o NO, dejando siempre una puerta abierta a negociar con el estado otro estatus que no sea la independencia.

Como relata la izquierda independentista catalana; El 7 de agosto de 2014 Mas comunicaba a ERC que no desobedecería una posible prohibición de la consulta por el Tribunal Constitucional, aunque esa desobediencia era un acuerdo del pacto CiU-ERC. También comunicaba que su intención era, ante la prohibición, convocar elecciones plebiscitarias con una lista única encabezada por él. Pero que sin esta lista única no habría nuevas elecciones.

La suspensión del TC llegó el 29 de septiembre de 2014.

El 3 de octubre de 2014 Mas comunicaba a ERC y la CUP que no pensaba desobedecer la prohibición del Tribunal Constitucional. Literalmente: o se encontraba una alternativa, o no había consulta.

El 19 de octubre de 2014, ante más de cien mil personas, la presidenta de la ANC Carmen Forcadell exigía a Mas que, a cambio del apoyo de la entidad a la consulta alternativa y sin consecuencias, convocara elecciones en el plazo máximo de 3 meses.

Artur Mas, el 25 de noviembre de 2014, supeditó la convocatoria de las elecciones a la existencia de una lista conjunta entre CDC y ERC. No convocó inmediatamente elecciones plebiscitarias.

En la enésima cumbre, el 14 de enero de 2015, Mas aceptó abandonar la idea de lista única a cambio de que las elecciones fueran en otoño y que ERC votara unos presupuestos que volvían a entronizar la austeridad y los recortes.

O presupuestos o no hay elecciones. Una vez aprobados los presupuestos, y a pesar de los compromisos de la cumbre de enero, la cúpula de CDC insistió en la lista única. El 20 de junio de 2015 instaban la ANC y Òmnium Cultural a integrarse en una lista encabezada por Artur Mas si querían que se mantuvieran las elecciones plebiscitarias (“O no hay proceso”). Finalmente, el 13 de julio ERC acabó sucumbiendo a la presión y se integró en la lista .

En este recorrido político subterráneo de larga trayectoria chantajista es donde se encuentra la situación actual. “O Mas es presidente, o el proceso termina” y las CUP siendo en este caso las únicas que podían hacer o no a Mas presidente.

Sin embargo, la evidencia más clara y rotunda del carácter chantajista de Mas y de que existen fuertes fuerzas internas “del proceso” que caminan en sentido opuesto a un proceso soberanista de ruptura democrática hacia la independencia es precisamente este debate al que se ha visto presionado y obligado a llevar las CUP adelante. Ya que si no existiría recorrido chantajista, si Juntos por el Sí dijeran la verdad y si Mas fuera un político honesto nunca las CUP hubieran tenido que realizar ningún debate extra ya que las CUP tenían más que claro que no querían investir a Mas y todo el mundo lo sabía  (pero claro, ¿ qué vale la palabra de un puto obrero al que se le puede engañar?).

Lo lógico y justo es que Juntos por el Sí y las CUP decidieran una presidenta de consenso, algo que aún es posible y solo el fundamentalismo político descarta y ni siquiera se lo plantea. Convertir la investidura en cuestión de vida o muerte por encima de consensos, ningunear a las CUP como si fueran perritos falderos y lanzar toda la presión mediática del soberanismo corporativista encima de las CUP sin hacer si quiera una ligera autocrítica da muestras de escasa talla política. Hay que tener mucha cara dura para decir que las CUP “acaban con el proceso” o “lo mandan a Marzo”.

Ante esta situación las CUP lo tenían difícil. Ceder una vez más al chantaje político de CDC de “sin Mas no hay proceso” a lo que una parte de la izquierda independentista estaba dispuesto a ceder aun a sabiendas de que eso iba a traer  problemas pero con esperanza de que se pudieran reconducir o la apuesta fuerte de romper con el chantaje, a sabiendas de que eso iba a traer  también problemas pero abrir el independentismo a más sectores sociales por la izquierda y nuevas lógicas y balanzas donde se pueda desenvolver un proceso de ruptura independentista. Además de cumplir con la palabra dada. Esta segunda opción es la que finalmente se ha abierto paso con el NO a Mas.

Lo cierto es que las CUP nunca dijeron que apoyarían a Mas y Mas sí dijo que se apartaría si era un obstáculo. En un tiempo en que la verdad en política apenas tiene valor y espacio, la decisión final de las CUP es valiente. Pero también arriesgada. Arriesgada porque acelera los tiempos políticos no impidiendo que los que realmente no apuesten por un proceso de ruptura se agarren a la decisión para intentar torpedearlo como si hubiera muerto. Arriesgada porque la persona que chantajea o se acostumbra a ser chantajeada y lo acepta e interioriza se lanzará con agresividad y violencia al espejo donde ve reflejado su trapicheo o debilidad como hacen las Raholas sionistas, como hacen aquellos que llevan 35 años “luchando” por la independencia aplaudiendo a las FSE o dando el visto bueno a las ilegalizaciones de otros independentismos, o aquellos que sin haber conocido jamás un proceso independentista con éxito saben con certeza que las CUP se equivocan y merecen ser insultadas desde muchos kilómetros de distancia.

Arriesgada porque el camino hacia la ruptura democrática es arriesgado.

 

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