Barcelona: Por nuestros caídos no encendemos velas, sino barricadas

Alrededor de unas 10.000 personas se manifestaron ayer por el centro de Barcelona, en memoria de Roger, apuñalado por un neonazi en el cuello, quedando en coma desde el pasado 15 de agosto y falleciendo el 10 de diciembre.

Poco o nada habían difundido las empresas de comunicación, a lo sumo calificando el hecho de "reyerta entre tribus urbanas".

Pero ayer el asesinato no quedó del todo impune. Miles de personas expresaron su odio hacia la vista gorda que hacen políticos, jueces y policías ante la violencia fascista. No sólo se movilizaron en la calle en memoria de Roger; además, atacaron sucursales bancarias, levantaron barricadas y se enfrentaron a los antidisturbios, rompiendo la paz social y el silencio impuesto por los medios de comunicación.

Políticos y periodistas patalean hoy. Querían reírse de la respuesta antifascista o simplemente ignorarla. Por desgracia para ellos, la enfurecida solidaridad con Roger tomó por asalto la actualidad informativa.

"Piedras por todas partes"

"Algunos de los manifestantes realizaron pintadas en fachadas y un furgón del Cuerpo Nacional de Policía. También mancharon con pintura roja varios muñecos que tiraron al suelo" simulando cadáveres. [Europa Press]

"Fuentes policiales han explicado que los manifestantes causaron destrozos "enormes" por las calles por donde han pasado, con pintadas, cristales rotos, señales de tráfico arrancadas y piedras por todas partes. También han causado incendios en varios establecimientos, entre ellos algunas sucursales bancarias, y han quemado varios contenedores". [El periódico]

"El portavoz del equipo de gobierno municipal, Ferran Mascarell, ha valorado inicialmente los desperfectos provocados ayer por un grupo de manifestantes okupas en 200.000 euros". (...) "Además de las múltiples pintadas en Via Laietana, las calles Jaume I y Ferran, y en la plaza Sant Jaume, Mascarell ha destacado los destrozos provocados en un bar de la plaza Sant Jaume, en un semáforo -que fue arrancado-, en el pesebre municipal, en las sucursales del Banco Central Hispano (BCH), del Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA), de Caixa Tarragona y de Caixa Laietana, en todas las papeleras de la calle Ferran -que fueron incendiadas-, en el establecimiento Mc'Donalds y en las cabinas y el mobiliario situado delante del Gran Teatre del Liceu, en Las Ramblas".[AFP]

"El delegado del Gobierno en Cataluña, Joan Rangel, ha asegurado que la violencia de este grupo de manifestantes, que causó "gravísimos destrozos", "sorprendió a la mismísima Policía". "Es la primera vez que ha habido una actuación tan violenta de manifestantes contra el ayuntamiento y la Generalitat", ha afirmado el delegado del Gobierno en Cataluña, que ha añadido que los agentes antidisturbios tuvieron que cargar contra los manifestantes porque "querían invadir el ayuntamiento". (...) Ocho agentes de los Mossos d’Esquadra (policía catalana) y tres agentes de la Guardia Urbana resultaron heridos de diversa consideración". [EFE]

El contra-escarmiento

Los medios del poder pretendían que el asesinato de Roger quedara en el silencio, sirviendo de escarmiento para un movimiento social que este año ha estado creciendo y molestando demasiado (protestas contra el fórum, okupación de la Pedrera, etc.).

Aún es imposible saber qué tipo de secuelas políticas dejará esta muerte en el campo popular catalán. En otras ocasiones (Carlo Giuliani en Génova o Santillán y Kosteki en Argentina), el asesinato de activistas ha logrado dividir y frenar el avance de los movimientos sociales. No intento buscar comparaciones imposibles, simplemente hago un llamado de atención sobre la dificultad de algunos movimientos por manejar con madurez las crisis coyunturales abiertas por el sistema con intención de amedrentarnos.

De momento los solidarios con Roger han respondido con contundencia en Barcelona: Han conseguido movilizar a miles de personas, han ocupado titulares en la prensa burguesa (que si bien han hecho su habitual trabajo de distorsión, inevitablemente han presentado a la sociedad la existencia de un conflicto silenciado), han demostrado que por nuestros caídos no encendemos velas, sino barricadas.

[sede bancaria incendiada en pl. Sant Jaume]