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Nacionales PP.Catalans :: 15/12/2012

Catalunya: Una victoria estratégica y un nuevo escenario político

Txente Rekondo
Tras las recientes elecciones en el Principat de Catalunya comienzan a asomarse las líneas que marcarán a medio y largo plazo el futuro político del país.

La fotografía post-electoral muestra un panorama, a pesar de las manipulaciones y distorsiones unionistas, donde los movimientos soberanistas ocuparán la centralidad política y social. Y como señalaba un antiguo referente independentista, “estamos ante una victoria estratégica”.

El retrato que ha emergido tras estas elecciones no es sencillo, fruto tal vez de la propia complejidad de “un país plural”, pero al mismo tiempo nos ha dejado algunos aspectos muy clarificadores.

Por un lado, la principal lectura que se puede hacer de las elecciones es que hay una inmensa mayoría que apoya el derecho a decidir y la consulta. Y que además, en sus diversas formulaciones y después que CiU haya suprimido buena parte de sus ambigüedades, la apuesta por un estado propio catalán obtiene la mayoría absoluta, al tiempo que el unionismo más recalcitrante obtiene un porcentaje muy minoritario.

Por otra parte, el electorado ha decidido virar hacia la izquierda reforzando las formaciones políticas de la izquierda nacional (no supeditada a partidos españoles) y eso obligará a CiU a moderar sus políticas neoliberales.

Todo ello a grandes rasgos, pero es conveniente desarrollar un poco más esa fotografía, para ver con nitidez que el frente a favor del referéndum de autodeterminación es de 107 diputados sobre 135 pero se divide en dos bloques. Aquellos que están a favor de la consulta con autorización o sin ella del estado español: 87 diputados (CiU, ERC, ICV, CUP), y los que están a favor de la consulta pero con la previa reforma de la Constitución: los 20 escaños del PSC.

Pero de todas las maneras, es sumamente mayoritario “por lo que el impulso de la consulta por un método u otro está garantizado”.

A corto plazo podemos encontarnos con un problema paralelo. Mientras dura el proceso hay que formar un gobierno que haga frente a las duras condiciones económicas que se viven en el país. CiU tiene que liderar el proceso ya que ha ganado con mucha ventaja pero ha roto todos los puentes con el único socio que podría pactar las políticas neoliberales, que es el PP. Y los partidos de izquierdas no entrarán en un gobierno de recortes.

Por ello algunos señalan que el escenario más previsible es el siguiente: CiU sufre una división importante entre CDC y UDC, aunque es pronto para saber si se producirá una ruptura total. En este sentido, los esfuerzos de Duran i Lleida por reconducir la situación, frenar el proceso de autodeterminación y reconducir puentes con el PP han quedado dinamitados por dos aspectos. Primero, los ataques directos contra Artur Mas por temas de corrupción han hecho que el President no pueda reconducir relaciones con el gobierno español al cual se le atribuye las informaciones de es especie de guerra sucia.

Y en segundo lugar, y a pesar que los sectores más reaccionarios buscan substituir a Mas, éste está blindado por la victoria electoral y por unas bases cada vez más independentistas.

Las relaciones con UDC son cada vez más tensas, y al mismo tiempo, el partido de Duran se está fracturando y de hecho ya han dejado el partido toda el ala soberanista, liderada por el alcalde de Vic.

Ante esta situación, lo más previsible es que se abra un periodo de transición de aproximadamente un año y medio. El gobierno en minoría presidido por Mas tendrá el apoyo de ERC a cambio de suavizar la política de recortes. Esto puede suponer el incumplimiento del objetivo del déficit y una mayor confrontación con el gobierno español.

La condición indispensable será que se pongan en marcha los mecanismos de la consulta que se está negociando para el otoño de 2013 o la primavera de 2014. ERC quiere la primera opción para no tener que aprobar los segundos presupuestos de CiU. Pero si el proceso va adelante no habrá problema. ERC podría sufrir un poco de desgaste por este apoyo por parte d’ICV y CUP, pero algunas fuentes señalan que ya se podría haber pactado una especie de acuerdo para no destar una guerra abierta, y de esta forma, salvaguardar un posible frente de la izquierda nacional en un futuro.

Siguiendo con el probable escenario, el Parlament aprobará la petición de referéndum con el apoyo de entre 87 y 107 diputados y se enviará a Madrid. Allí, el Congreso lo tumbará y acto seguido, se aprobará la ley catalana de consultas. El gobierno español la frenará impugnando la ley al Tribunal Constitucional (esto tiene un plazo de un año).

En ese momento CiU, ERC, ICV y CUP desplegarán una fuerte campaña internacional para pedir el amparo de la comunidad internacional y plantearán el desafío de la consulta. Seguramente el PSC se descolgará. A partir de aquí, habrá que ver cual es la respuesta del estado español.

Un importante periodista catalán apunta que “a partir de que la confrontación llegue a este punto es difícil predecir que pasará porque nadie en el Estado español lo ha intentado antes. Pero el proceso irá acompañado de una gran movilización social y se estudian movimientos de insumisión en múltiples ámbitos a la legislación española. La primera puede ser en las escuelas, negándose los maestros a aplicar la nueva ley de educación. Posteriormente se puede dar un proceso de insumisión fiscal, etc.”.

Mientras tanto, sobre todo desde Madrid, se ha querido dar la impresión que la bajada de CiU desactivaria el proceso de autodeterminación. Pero no hay que fiarse de ese análisis. El resultado electoral ha anclado más que nunca el proceso porque CiU ha quedado muy condicionada por ERC y por la presión popular, especialmente por l’Assemblea Nacional Catalana y por l’Assemblea de Municipis per la Independéncia, que ya aglutina a la mayoría de ayuntamientos catalanes.

Todo eso no quiere decir que los poderes fácticos hayan dado por persida su involución.y por ello, están apretando mucho para echar a Mas y poner a alguién que frene el proceso. La batalla será dura pero todo parece indicar que las estructuras creadas para mantener el desafío de la consulta aguantarán.

Finalmente, otro elemento muy importante de las elecciones es que la caída brutal del PSC y los casos de corrupción últimos provocan la imposibilidad de pactos al estilo de la sociovergencia.

Y aún más importante. por primera vez el primer partido de la oposición es independentista, ERC, y eso condiciona la situación política totalmente. También ha entrado en el Parlament una voz muy potente como es la de la CUP que conecta con sectores populares y muy organizados en movimientos sociales, es decir con la calle.

Y por primera vez, la izquierda nacional que representan ERC, ICV i CUP son alternativa de gobierno con casi un millón de votos, a sólo unos 200.000 de CiU. Es verdad que a día de hoy tienen acentos diferentes pero el actual presidente de ERC, Oriol Junqueras es alcalde de una ciudad del área metropolitana, Sant Vicenç dels Horts, aglutinando militantes comunistas, izquierda radical, etc. Está acostumbrado a aglutinar, crear frentes comunes y sumar.

Y como apunta el citado peridiodista “veremos si en un escenario de futuro no es descartable la creación de un frente nacional de izquierdas sin la distorsión que siempre ha supuesto la mayoría socialista en este sector”.

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