Diario de un dirigente de CCOO-UGT en la Seat

Los representantes de la empresa se mantenían duros aunque Rañé nos aseguró que el acuerdo estaba cercano, que teníamos que llegar a un pacto positivo porque la decisión no podían tomarla ellos, ¡quién quiere esta patata caliente!.

Así que este mediodía hemos comido con el compañero secretario general del sector y otros compañeros que ya habían estado cerrando el asuntillo discretamente con la empresa. Esta vez el compromiso económico para el sindicato no será por asesoría técnica en el ERE porque desde lo de Intervíu hay que guardar algo más las formas.

En fin, como la gente ya está desmoralizada y derrotada es más sencillo llegar a acuerdos razonables porque al fin y al cabo ¿cómo íbamos a impedir los despidos?, naturalmente somos dirigentes responsables y sabemos que los que no tienen tanto conocimiento como nosotros no están preparados para conocer la verdad tal cual es, aunque nosotros sí lo sabíamos porque estamos muy preparados, lideramos y negociamos con altas esferas, ya sabes peces gordos de Alemania, gente inteligente.

Por suerte la gentuza de CGT ha reaccionado tarde y son cuatro gatos. La plantilla, en fin, ¿qué podemos temer de la plantilla? Son buenos chicos, van dando vueltas por ahí confusos y tristes pero luego en el fondo son nuestros chicos, cuando alguien como yo, con autoridad, explica cómo son las cosas ellos callan y yo continuo en mi lugar y tomando decisiones difíciles, que es lo que diferencia el líder preparado del demagogo arcaico.

Por la noche he salido otra vez por la tele, soy alguien muy importante. El conseller me ha llamado, soy alguien muy importante. El secretario general del sector dice que le ha gustado mi capacidad, es muy posible que si no este año el siguiente pueda por fin ser alguien de más peso en el sindicato, estar ahí, donde se deciden las cosas importantes es lo que yo quiero.

Bueno, al final fueron 660 despidos, ¡joder, es la mitad de lo que decía la empresa! ¿Qué más quieren? El desgraciao ese de la CGT, el Rejón de los cojones decía que si tan bueno era el ERE que nos pusiéramos nosotros los primeros de la lista. Será imbécil: Nosotros no somos trabajadores, somos mejores.

Andreas me ha llamado, dice que alguien ha quemado su coche y el mío. No importa, esa basura fabrica muchos más.