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Nacionales PP.Catalans :: 26/09/2023

¿De qué amnistía nos hablan?

Varias Organizaciones Antirepresivas
Debemos unirnos y no podemos dejarnos engatusar por amnistías parciales ni por los diferentes partidos que han demostrado hasta la saciedad que solo son fieles a sus bolsillos

La crisis del régimen es tan profunda que ni después de haber intentado hacer que cundiera el pánico agitando los hooligans de VOX, han conseguido sacar unos resultados que permitan formar un Gobierno. El panorama político es tan crítico que el PSOE debe conseguir el apoyo o la abstención de Junts y ERC para volver a formar Gobierno. El objetivo de este artículo es explicar cuál es nuestra posición respecto a la amnistía que, a día de hoy, se está proponiendo.

Antes de entrar a valorar las propuestas que se están haciendo desde Junts, conviene fijar aquí qué es la amnistía total que nuestras organizaciones llevan reivindicando tantos años. La amnistía total supone la liberación de todos los presos políticos antifascistas y el sobreseimiento de todas las causas judiciales abiertas por cuestiones políticas contra antifascistas y demócratas en general, sin distinción de los métodos de lucha que hayan podido utilizar. Todo ello, sin que ningún preso ni encausado deba renunciar o arrepentirse en modo alguno de su lucha.

Para que la amnistía total sea realmente efectiva, debe ir acompañada de otra serie de medidas que podemos resumir en un reconocimiento real de los derechos y libertades democráticas que nos niegan. Sin el reconocimiento de estos derechos y libertades, que son las razones que han empujado y siguen empujando a miles de antifascistas, independentistas y demócratas en general a luchar en las calles con los medios que tienen a su alcance, esta medida se resumiría en sacar a los presos políticos por una puerta para que al día siguiente, al volver a retomar su lucha, tengan que volver a entrar. Es por ello que la lucha por la amnistía total debe ir siempre ligada a la lucha por unos verdaderos derechos y libertades y hasta que no consigamos la totalidad de estas exigencias, las organizaciones antirrepresivas no podremos bajar los brazos y dejar de luchar.

Aunque la amnistía total es concedida por el Estado, en ningún caso supone una medida gracia. A diferencia de los indultos, que sí requieren el arrepentimiento previo de los condenados, la amnistía total no está jamás condicionada a la claudicación ni al arrepentimiento. Es una reivindicación histórica de los movimientos antirrepresivos que se ha arrancado a los diferentes estados con la fuerza de las masas populares organizadas al margen y mediante su lucha incansable en la calle. Como se puede ver, la amnistía que nuestras organizaciones están exigiendo está muy lejos de ser un simple punto y aparte o una medida de gracia suplicada al Estado, como se quiere vender desde determinados sectores.

En contraposición a esto, la amnistía que se está proponiendo desde Junts es un amnistía parcial, que no solo es parcial por circunscribirse exclusivamente al marco catalán, dejando atrás todas las personas que han luchado por el derecho de autodeterminación fuera de Catalunya, sino que ni siquiera dentro de este afectaría a la totalidad de represaliados y presos políticos. Quedarían excluidos de esta amnistía los cientos de represaliados por luchar por el derecho a la vivienda, los represaliados en diferentes manifestaciones que no están ligadas al Procés, así como dejarían dentro a muchos presos políticos. Son cientos los ejemplos que podríamos poner y la lista no terminaría.

Respecto a la amnistía que propone Junts, los voceros del régimen español ya están apuntando a que sí podría negociarse una amnistía que vaya más allá de los líderes independentistas, pero del derecho de autodeterminación ni hablar. Esto significa que, en caso de conseguirse esa hipotética amnistía que alcance a los 4000 represaliados que surgieron en Catalunya a raíz del Procés, al seguir sin reconocerse el derecho de autodeterminación, al día siguiente volverán a haber miles de represaliados más por luchar por este derecho que nos niegan. Obviamente, el sobreseimiento de las causas abiertas a nuestros compañeros y compañeras, muchos de los cuales están al borde de ingresar en prisión, siempre será un motivo de alegría para cualquier organización antirrepresiva, siempre y cuando ello no implique que tengan que renunciar a sus luchas. No obstante, tenemos que tener claro que esta medida no resuelve el problema represivo de fondo que existe y que, por lo tanto, deberemos seguir saliendo a las calles a exigir el reconocimiento real de nuestros derechos y libertades democráticas, así como la amnistía total para la totalidad de presos y represaliados de todo el Estado.

Se está comentando mucho también que desde SUMAR se plantea incluir en esa hipotética amnistía a los policías que fueron denunciados por la brutalidad empleada en el marco del 1 de octubre y las movilizaciones posteriores. Rechazamos de pleno cualquier tipo de equiparación que pueda intentar hacerse entre las personas que fueron y son agredidas por salir a la calle a defender nuestros derechos y libertades y los mercenarios que perpetran dichas agresiones con el fin de intentar seguir sosteniendo la dominación fascista. Este tipo de triquiñuelas y cortinas de humo no deben engañarnos. La policía, que no son más que perros de presa de la oligarquía española, no será castigada. En el mejor de los casos no pasaría de una condena simbólica, que no llevaría aparejadas unas consecuencias reales. Ellos no necesitan ninguna amnistía para gozar de total impunidad.

Por último, tampoco debemos dejarnos engañar por la escenificación que está llevando a cabo Junts, que quieren venderse (sobre todo de cara a las próximas elecciones a la Generalitat) como los verdaderos defensores del pueblo catalán, cuando han demostrado que, al igual que sus socios de ERC, ser solo fieles a sus intereses económicos. Si Junts se está viendo obligado a negociar con el Estado en los términos en los que lo está haciendo (al menos por el momento), es por la gran presión que se ha estado ejerciendo desde las calles. Las diferentes movilizaciones en solidaridad con los represaliados, la exigencia de la amnistía cada vez más presente en el movimiento popular, así como una abstención creciente en Catalunya, han hecho que los dirigentes de Junts tengan que elevar un poco el nivel de exigencia al Estado si quieren tener la oportunidad de seguir rascando algo de cara a las próximas elecciones a la Generalitat. No nos cabe ninguna duda que sin esa presión en las calles podrían haber firmado hace tiempo un acuerdo para salvarse únicamente ellos y no estaríamos hablando de nada de esto a día de hoy.

Por ello, al margen de cuáles sean los resultados finales de estas negociaciones, debemos extraer varias conclusiones de todos los acontecimientos:

1. Que un movimiento popular unido y organizado de forma independiente, con incansable lucha en la calle, sí podría ser capaz de conseguir la amnistía total que tanto anhelamos, por eso debemos dirigir todos nuestros esfuerzos en este sentido.

2. Que el derecho de autodeterminación es una cuestión vertebral para el Estado y que no se plantea en ningún momento abrir esa brecha. Por ello, la única vía para conseguir este derecho, así como todo el resto de derechos y libertades políticas que se nos niegan a las masas populares del Estado español, es unirnos con el resto de compañeros y compañeras del Estado para terminar de quebrar la dominación fascista que padecemos y entonces sí, poder exigir el reconocimiento de todos nuestros derechos y libertades.

En definitiva, si realmente queremos terminar con la represión en el Estado español, debemos seguir agrandando la organización antirrepresiva; debemos unirnos y no podemos dejarnos engatusar por amnistías parciales ni por los diferentes partidos que han demostrado hasta la saciedad que solo son fieles a sus bolsillos. No podemos bajar la bandera de la resistencia hasta que no haya ni un solo encausado, ni un solo preso político y hasta que obtengamos el verdadero reconocimiento de nuestros derechos y libertades democráticas. Y todo esto solo lo conseguiremos unidos, organizados al margen de las instituciones parlamentarias y con lucha en las calles.

 

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