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Nacionales PP.Catalans :: 17/11/2003

La ciudad del glamur apesta

Cartelera Libertaria

Vivimos en Valencia, la ciudad del pelotazo urbanístico, y en ese avance imparable, excluye a las realidades que se oponen a su plan capitalista de expansión y negocio de unos pocos sobre otros muchos. No se trata, tan solo, de que con este plan de la "Valencia del Glamour" (playa de lujo de Europa, metrópolis del III Milenio) se esté consolidando su total dependencia de los intereses económicos de fuera. Verdaderamente lo que sucede en Valencia, el "experimento", es mucho más complejo y perverso. Quieren y están construyendo la ciudad por y para l@s burgues@s. El experimento consiste en que nuestro entorno nos condicione y nos sumerja en una realidad alienada, aséptica, que nos empuje irremediablemente a seguir la corriente marcada por los estímulos de la mercancía y el "progreso". Esa realidad urbanística nos despoja de nuestra personalidad colectiva, autónoma y fluctuante y crea una masa homogénea, aislada y dependiente, destruyendo los referentes culturales nacidos y construidos bajo una cultura más popular y participativa. El urbanismo se convierte en un reflejo del poder.

Ningún barrio o zona de la ciudad escapa a las garras de los buitres especuladores. Así, después de la destrucción de la huerta de La Punta, le toca el turno ahora a l"Horta Nord (con el 3º Cinturón de Ronda, el corredor comarcal, o la Ruta Azul por la costa hasta Sagunto) y a la huerta de Malilla.

El Cabanyal, tras años amenazado por la expropiación de las viviendas en primera línea de playa, y sobre todo por la ampliación de la Avenida Blasco Ibáñez hasta el mar (lo cuál supone fragmentar el barrio en 2), y después de que el proyecto se paralice judicialmente durante 2 años por tratarse de una zona de especial valor cultural, las Autoridades se sacan el as de la manga y no dudan en suprimir de un plumazo la legislación que protege el "Patrimonio Cultural" (al igual que no tienen ningún problema en recalificar terrenos de especial protección agrícola que pasan a ser "urbanizables" en cuanto lo requieren sus ansias expansivas).

Ahora han de darse prisa en ejecutar la sentencia de muerte, ya que en 2007 se tiene que celebrar justamente aquí la Copa de América de regatas y el Cabanyal, así como está ahora (es decir, con sus habitantes de siempre, su vida de barrio-pueblo, sus casas antiguas...), no tiene el glamour suficiente para acojer este gran evento. Dicho sea de paso, hace algunos años que el barrio se encuentra más degradado gracias a la política de abandono de la Administración, y al traslado -totalmente programado por las Autoridades y ejecutado por las Fuerzas Policiales- del trapicheo de heroína a esta parte de la ciudad.
El Centro Histórico tampoco se salva. A la vista salta que están "limpiándole la cara", llenándolo de bares y tiendas de moda para adecuarlo a su función: el moderno y glamouroso ocio nocturno de fin de semana para yuppies y artistillas. Mientras, cierran locales sociales, reprimen a quien está de fiesta en la calle, hacen redadas policiales entre los inmigrantes del barrio, expropian una manzana entera para ampliar el IVAM, o tiran edificios históricos (donde vive gente, claro) para reconstruir la muralla árabe que antiguamente atravesaba el barrio.

Así podríamos seguir enumerando las barbaridades que se perpetran en cada zona de Valencia, y no acabaríamos nunca. Quizás destacar, como dato que muestra claramente el carácter fascista de la política urbanística de las Autoridades, el caso de La Coma, barrio marginal a las afueras de Paterna: además de sufrir el abandono total por parte de la Administración, en cuanto a servicios mínimos, y el acoso policial constante (entre otros problemas), ahora les construyen al lado "Heron City", macrocentro de ocio para pij@s, y la paradisíaca "Valterna", una zona residencial de lujo que, claro está, ha de defenderse de los posibles robos por parte de sus "nada glamouros@s" vecin@s con seguridad privada y un muro protector que les separe (es decir, quedan confinad@s en un guetto). Por si la población de La Coma no estaba ya abocada (según la función que el Gobierno nos destina a cada cuál) a ser "carne de talego", ahora les ponen en sus narices todos los privilegios de los que carecen...y aún pretenderán que se porten bien y respeten la "propiedad privada".

Tras el interés que la Administración demuestra por "rehabilitar" y modernizar cada rincón de esta ciudad, se está dando una sustitución poblacional que en algunos casos llega a ser un verdadero éxodo: las gentes que hasta ahora habían vivido en sus barrios, se ven desplazadas a la fuerza hacia algún lugar incierto (ya que la tónica general es dejar a la gente en la calle, con la promesa de un futuro realojo), puesto que no responden al prototipo de personas para los cuales se está diseñando la Nueva Ciudad.
En resumen, cambian la morfología urbana a golpe de decretazo, porra o excavadora, y a cambio nos dejan (en ostentación de su poder), macroconstrucciones como la Ciudad de las Artes y las Ciencias, la Ciudad de la Justicia, la ZAL, el Palacio de Congresos, etc.. (lo que, por cierto, nos proporcionará, según sus promesas, precarios puestos de trabajo para tod@s).

Según los designios de las Autoridades, ante semejante espectáculo de destrucción y ante la pérdida de nuestros referentes culturales, de nuestros modos de vida, de nuestras casas, deberíamos permanecer de brazos cruzados como espectador@s pasiv@s, y aún más, dar las gracias al Ayuntamiento, la Generalitat, el Puerto, los caciques locales, y a todas las multinacionales que han apostado por invertir en Valencia, por "modernizarnos" la vida y llevarnos, con la soga al cuello, directit@s al siglo XXI.
Además, aquell@s que protagonizan las oscuras tramas inmobiliarias, recalificando terrenos, falseando datos públicos, construyendo ilegalmente...se llenan los bolsillos como resultado de sus actuaciones en nombre del "interés general", mediante la prevaricación y el poder que les dan sus cargos públicos, mientras que a l@s que nos toca sufrir estas tramas, si decidimos no aguantar pasivamente ni tragarnos el cuento del "progreso para tod@s", sino plantarles cara, entonces somos terroristas, violent@s, insolidari@s. Ya lo vemos: la rebeldía se paga. Quienes defienden la tierra, sus barrios, sus casas, son castigad@s con cantidades exhorbitantes en multas (como es el caso de l@s detenid@s por defender la huerta de Benimaclet, condenad@s a pagar 6000 euros), o a no cobrar nada por la expropiación de sus casas (como la mayoría de gente de la Unificadora de La Punta), o con procesos penales abiertos y una criminalización exagerada que demuestra cómo les molesta que obstaculicemos sus millonarios planes urbanísticos.
Sería interesante analizar, además, cómo cada lucha concreta, aparte de servirnos a nosotr@s como aprendizaje para organizar la resistencia, les sirve a ellos (al poder policial, a la Administración) como experimento para saber qué es lo que han de evitar: que la gente se junte, se organice. En esa línea, toman medidas muy calculadas. Por ejemplo, si la gente que ha defendido La Punta no cobra, en otros barrios, también amenazados, se lo pensarán 2 veces antes de oponer resistencia. Igualmente, deben evitar (y lo han aprendido muy bien en La Punta) que vuelva a ser posible una unión entre "vecin@s" y "okupas". Esto es claramente lo que están tramando en el Cabanyal: los últimos episodios de operaciones policiales estilo Hollywood (que han acabado con 4 y 2 personas en la cárcel, respectivamente, y con 2 procesos abiertos por terrorismo) han tenido como escenario este barrio marítimo, y no por casualidad, sino en un claro intento de criminalizar la resistencia y conseguir, de cara a la opinión pública, que cualquier acción, de aquí en adelante, contra la destrucción del Cabanyal, sea calificada de terrorista.

LA PUNTA, ¿QUÉ PUNTA?
¿Nos acordamos aún de aquella pedanía de huerta en la que unas 200 familias vivían y cultivaban la tierra más fértil de Valencia, y que durante 10 años han estado luchando contra el megaproyecto de la ZAL que les despojaba de sus vidas? ¿Hemos olvidado ya los desalojos -el proceso, lento y agónico, ha durado está durando más de un año-, y la progresiva degradación que ha sufrido la pedanía, teniendo que aguantar cortes de luz, de agua, la destrucción de las acequias de riego, inundaciones, el acoso policial constante, la "convivencia" con las máquinas, los trapicheos jurídicos, la tensión...?
Aunque los medios de comunicación (así como la ciudadanía y los politicuchos de turno que en su día pusieron el grito en el cielo...y no hicieron nada más) "se hayan olvidado" de que alguna vez existió esta pedanía, y de las agresiones sufridas, nosotr@s no olvidamos. No olvidamos que aunque parezca mentira, aún hay gente que sigue viviendo allí, en ese paisaje de desolación; que l@s habitantes de La Punta hemos sido dispersad@s, perdiendo así no sólo la casa, sino también el entorno, el vecindario, la calidad de vida fuera de esta apestosa ciudad y, lo que para nosotr@s es fundamental: una referencia, una posibilidad abierta (cuya viabilidad se estaba demostrando en la práctica) de organizarnos de forma distinta, más colectiva, más autosuficiente y participativa, dando continuidad a saberes populares (como trabajar la tierra o hacer pan) que este sistema condena a la extinción.
Tampoco nos es posible olvidar, ya que por nuestra oposición a este capitalismo fallero y casposo que todo lo arrasa (eso sí, "València, lo millor de tot lo món"), tenemos ahora condenas, multas que pagar por defender La Punta. Pues bien: hemos decidido no pagar los platos rotos. Podríamos, en la linea judicial y política que han llevado los juicios de La Punta (es decir, un silenciamiento total "y aquí no ha pasado nada"), pagar al Estado por ser "niñ@s mal@s". En cambio, optamos por volver a visibilizar el conflicto, que no ha terminado, y recomenzar con fuerzas renovadas una campaña de denuncia, porque "sí ha pasado algo": el genocidio de La Punta no puede quedar impune y en silencio.

Estas "multas" son penas de prisión que el Estado permite (si tienes recursos económicos para ello) conmutar por dinero, así que si no pagas, has de cumplir fines de semana en la cárcel hasta agotar "tu deuda con el Estado". Que nos obliguen a entrar en prisión es un hecho que visibiliza todo el desequilibrio y la injusticia que supone este conflicto.
Queremos dejar claro que no somos víctimas. Hemos sido "malas", todo lo que hemos podido, y lo volveremos a ser. No acatamos sus planes destructivos y luchamos con todas nuestras fuerzas contra ellos, igual que no respetamos las decisiones de una justicia podrida, vendida a los intereses especulativos.
También queremos hacer incapié en la necesidad de autoorganizarnos, entre l@s afectad@s por los procesos expropiatorios y la gente "de a pie" que se solidarice activamente contra la especulación inmobiliaria, dejando de lado a l@s politicuch@s y aspirantes a serlo, es decir, toda esa gentuza que se aprovecha de los conflictos para erigirse en líderes de plataformas ciudadanas, y que sólo aparecen para hacerse la foto, meter la zarpa y sacar tajada, desapareciendo rápidamente a la hora de la verdad, tal y como se ha demostrado en La Punta. Deberíamos de ser capaces de juntarnos, comunicarnos, y organizarnos, teniendo en cuenta las diferencias concretas entre cada lugar y grupo de gente y respetándolas, llegando junt@s (en la lucha contra la especulación) hasta donde podamos llegar.

LA PUNTA, NI OLVIDO NI PERDóN.

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LA CIUTAT DEL GLAMOUR FA PUDOR
la punta

LA CIUTAT DEL GLAMOUR FA PUDOR
Vivim a València, la ciutat del boom urbanístic, i que en aquest avanc imparable exclou les realitats que s"oposen al seu pla capitalista d’expansió i negoci d’uns pocs sobre la majoria. No es tracta només que amb aquest pla de la "València del glamour" (platja de luxe d’Europa, metròpoli del III Mileni) s"estiga consolidant la total dependència als interessos econòmics de fora; l"experiment és molt més complex i pervers.Volen i estan construint la ciutat per ala burgesia. L"experiment consisteix en fer que el nostre entorn ens condicione i ens submergesca en una realitat alienada i asèptica que ens arrosegue sense remei cap a la corrent marcada pels estímuls de la mercaderia i el Progrès. Eixa realitat urbanística ens desposeeix de la nostra personalitat col.lectiva autònoma i fluctuant, creant una massa homogènia, aïllada idepenent destruint els referents culturals sorgits sota una cultura més popular i participativa.Lurbanisme es converteix en un reflex del poder.
Cap barri escapa a les urpes dels voltors de l"especulació.Així darrere la destrucció de La Punta li toca el torn a L"Horta Nord ( 3ºCinturó de Ronda, corredor comarcal o la Ruta Azul que implica l"urbanització de tota la costa fins Sagunt) i a l"horta de Malilla.
Al Cabanyal, després d’anys sota l"amenaca de l"expropiació de les vivendes en primera línia de platja, i sobretot per l"ampliació de l"avinguda Blasco Ibañez fins al mar fragmentant el barri en dos i després de conseguir paralitzar el projecte judicialment al tractar-se d’una zona d’especial valor cultural, les Autoritats es treuen de la màniga un altre as suprimint la legislació que protegeix el Patrimoni Cultural (de la mateixa manera que no troben cap dificultat per requalificar terrenys d’especial protecció agrícola que passen a ser sòl urbanitzable quan les seues necessitats expansives ho requereixen).
Ara tenen pressa en executar la sentència de mort, doncs al 2007 volen celebrar justament ací la Copa d’Amèrica de regates, i tal i com està ara el Cabanyal (amb els seus habitants autòctons, la seua vida de barri-poble, les seues cases tradicionals...) no té el glamour suficient per aquest gran esdeveniment. Cal afegir que des de fa ja uns anys el barri es troba cada volta més degradat gràcies a la política d’abandonament de l"Administració, i al trasllat - programat per les Autoritats i executat per les Forces Policials- del mercadeig d’heroïna a esta zona de la ciutat.
El Centre Històric tampoc es salva. Salta la vista que l"estant sotmetent a un "rentat de cara" proliferant els bars i les tendes de moda per adequar-lo a la seua nova funció: el modern i glamourós oci nocturn per a yuppies i aspirants a artistes. Mentres tanquen locals socials, reprimeixen a qui està de festa al carrer, es fan redades policials contra els immigrants del barri, s"expropia una illa completa per ampliar l"IVAM, o tiren edificis històrics ( on hi viu gent, és clar) per reconstruir la muralla àrab que antigamENt creuava el barri.
Així podríem continuar enumerant les barbaritats que es perpreten en cada zona de València , i no acabaríem mai. Caldria destacar per demostrar el caràcter feixista de la política urbanitzadora, el cas de La Coma,barri marginal contigu a Paterna on a més de sofrir l"abandonament total per part de l"Administració en quan a serveis mínims i l"assetjament policial -entre d’altres problemes- ara els construeixen al costat Heron City, un macrocentre d’oci per a gent amb possibles i la paradisíaca "Valterna", una zona residencial de luxe que per a "defendre"s" de les seues veïnes no tant glamouroses lloguen serveis de seguretat privada i hi construeixen un mur protector que els segregue.-és a dir els confinen a un guetto-. Per si no estava clar ja que la població de La Coma no estava destinada (segons la funció qe el Govern ens destina a cadascú) a ser carn de "talego", ara els posen just als seus nassos tots els privilegis dels quals no poden gaudir...i encara pretendran que es porten bé i respecten la "propietat privada".

Darrere l"interés de l"Administració per rehabilitar i modernitzar cada racó d’aquesta ciutat, s"està donant un a substitució poblacional que en algun cas arriba a ser un veritable èxode: la gent que fins ara havia viscut als seus barris es veuen desplacades a la forca cap algun lloc incert (ja que la tònica general és deixar a la gent al carrer amb la promesa d’un futur reallotjament), doncs ells no responen al prototip de persones per a les quals s"està dissenyant la Nova Ciutat.
En resum, canvien la morfologia urbana a colps de decrets, porres o excavadores per deixar-nos (en ostentació del seu poder), macroconstruccions com la Ciutat de les Arts i les Ciències, la Ciutat de la Justícia, la ZAL, el Palau de Congressos( que segons les seues promeses ens proporcionaran precaris llocs de treball per a totes).

Segons els designis de les Autoritats , front l"espectacle de destrucció i davant la pèrdua dels nostres referents culturals, dels nostres modes de vida ,de les nostres cases, deuríem permanèixer de bracos creuats com espectadors passius, i encara més, donar les gràcies a l"Ajuntament, la Generalitat, el Port, els cacics locals, i totes les multinacionals que han apostat per invertir a València i modernitzar-nos la vida portant-nos,amb la soga al coll, directetes als segle XXI.
Aquells que protagonitzen les obscures trames inmobiliàries, requalificant terrenys, falsejant dades públiques, constuint il.legalment...es plenen les butxaques com a resultat de les seues actuacions en nom de l""interés general", mitjancant la prevaricació i el poder que els donen els seus càrrecs públics, mentre que les ens toca sofrir aquestes trames, si decidim plantar cara sense tragar-nos el conte del "progrès per a totes", som terroristes,violentes o insolidàries.Està clar: la rebel.lia es paga. Qui defensen la terra, els seus barris, les seues cases, són castigades amb quantittas exhorbitants de multa ( com el cas de les detingudes per defensar l"horta de Benimaclet,condemnades a pagar 6000 euros) o a no cobrar res per l"expropiació de les seues cases (com la majoria de gent de la Unificadora de La Punta), o a processos penals oberts i a una criminalització exagerada que demostra com els mole3sta que obstaculitzem els seus milionaris plans urbanístics.
És convenient analitzar com cada lluita concreta, a més de servir-nos a nosaltres com aprenentatge per organitzar les resistències, els serveix a ells (poder policial, Administració)com experiment per saber què han d’evitar: que la gent es junte i s"organitze.En eixa línia prenen mesures molt calculades. Per exemple, si la gent que ha defensat La Punta no cobra, en altres barris amenacats s"ho pensaran dues vegades abans d’oposar resitència. Tanmateix han d’evitar (i ho han aprés molt bé a La Punta) que torne a ser possible una unió entre "veïnes" i "okupes". Acò és el que estan tramant al Cabanyal: els últims episodis d’operacions policials a l"estil Hollywood( que han acabat amb quatre i dues persones en la presó respectivament, i amb dos processos oberts per terrorisme) han tingut com escenari aquest barri marítim amb un clar intent de criminalitzar les resistències i aconseguir de cara a l"opinió pública que qualsevol acció d’ara en endavant contra la destrucció del Cabanyal puga ser qualificada de terrorista.

LA PUNTA, QUINA PUNTA?

Encara ens enrecordem d’aquella pedania d’horta on dues-centes famílies vivien i cultivaven la terra més fèrtil de València, i que durant deu anys han estat lluitant contra el megaprojecte de la ZAL que els desprenia de les seues vides?,hem oblidat ja els desallotjaments-el procès lent i agònic està durant més d’un any-, la progrssiva degradació de la pedanis que ha hagut de suportar tallades de llum i aigua, la destrucció de les sèquiesde reg. Inundacions, assetjament policial constant, la "convivència" amb les màquines, les irregularitats jurídiques i la tensió...?
Encara que els mitjans de comunicació (així com la ciutadania i els politicaires de fira que en el seu moment posaren el crit en el cel ... i no feren res més) hagen oblidat que alguna vegada existí aquesta pedania, i les agressions sofrides, nosaltres no oblidem. No oblidem que encara que pareixca mentida, encara hi ha gent que continua visquent allí enmig d’un paratge desolador; que les habitants de La Punta hem sigut dispersades, perdent així no només la casa, sinò també l"entorn, el veinatge, la qualitat de vida fora de la ciutat i el que per a nosaltres és fonamental: una referència, una possibilitat oberta ( la viabilitat de la qual s"estava demostrant a la pràctica) d’organitzar-nos de manera distinta, més col.lectiva, més autosuficient i participativa, donant continuïtat a sabers populars, com treballar la terra o fer pa, que aquest sistema condemna a l"extinció.
Tampoc ens és possible oblidar que la nostra oposició a aquesta capitalisme faller i caspós que tot ho arrassa ha comportat ara tot un seguit de condemnes i multes que pagar per defensar La Punta. Doncs bé : hem decidit no pagar els plats trencats. Podríem ,en la línia judicial i política que han portat els judicis de La Punta, (és a dir un silenciament total i "ací no ha passat res"), pagar a l"estat per haver-nos portat malament hi haver sigut dolentes. En canvi optem per tornar a visualtzar el conflicte, que no ha acabat, i recomencar amb forces renovades una campanya de denúncia, perquè sí que ha passat alguna cosa i el genocidi de La Punta no pot quedar silenciadament impune.

Aquestes multes són penes de presó que l"estat permet (si tens recursos econòmics) commutar per diners, així que si no pagues has de complir caps de setmana empresonat fins esgotar "el teu deute amb l"estat". Que ens obliguen a entrar a la presó és un fet que visualitza tot el desequilibri i la injustícia que acompanya aquest conflicte.
Volem deixar clar que no som víctimes. Ens hem portat malament, hem sigut dolentes tot el que hem pogut, i ho tornarem a ser. No acatem els seus plans destructius i lluitem amb totes les nostres forces contra ells, igual que no respectem les decisions d’una justícia podrida venuda als interessos especulatius.
També volem deixar constància de la necessitat d’autoorganitzar-nos entre les afectades pels processos expropiatoris i la gent que es solidaritze activament contra l"especulació inmobiliària, deixant de banda els aspirants a polítics, és a dir tota eixa gentola que aprofita els conflictes per erigir-s"hi en líders de plataformes ciutadanes, i que només apareixen per fer-se la foto, fotent-hi les urpes per treure"n profit, desapareixent ràpidament a l"hora de la veritat, tal com s"ha demostrat a La Punta.
Deuríem ser capaces de juntar-nos,comunicar-nos, i organitzar-nos, tenint en compte les diferències concretes entre cada lloc i grup de gent i, respectant-les, arribar juntes ( en la lluita contra l"especulació) fins on pugam arribar.

LA PUNTA NI OBLIT NI PERDó.


 

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