La derrota electoral deja en el paro a Cotino y al equipo de Zaplana en el Ministerio de Trabajo

Á. Errazu, Valencia- Levante-emv

El todavía ministro de Trabajo y portavoz del Gobierno, Eduardo Zaplana, no contempló ni por asomo que el PP puediera perder las elecciones. Por eso no blindó a sus colaboradores, con la excepción del secretario de Estado de la Seguridad Social, Fernando Castelló, y de Miguel Barrachina, director general en el ministerio. Y lo hizo con ambos, no para garantizarles el sustento, sino para ganar poder orgánico en Castelló apartando a dos colaboradores de Carlos Fabra, el factótum hasta ahora de los populares en esa circunscripción.

Fuera del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales y, de momento en el paro, se quedará un buen número de sus colaboradores, como Carmen de Miguel, Antonio Luis Martínez-Pujalte y Antonio Lis, entre otros altos cargos, además de su nutrido equipo de acompañantes. Zaplana tratará de recolocarlos en el segundo escalón del equipo de Francisco Camps en la Generalitat valenciana. El presidente del Consell se enfrenta además a otra difícil papeleta: buscar acomodo al delegado del Gobierno en la Comunidad, Juan Cotino, que más que uno de sus colaboradores es un auténtico pilar en su gobierno. Hay quien piensa que podría ocupar plaza de conseller a costa de un zaplanista. Una teoría un tanto arriesgada.

La noche electoral puso en evidencia la fractura que vive el PP valenciano. Camps y la mayoría de su equipo se concentraron en el Palau de la Generalitat. Los zaplanistas Serafín Castellano (protagonista de la noche electoral del PPCV), Alicia de Miguel, Fernando Giner o Elvira Suanzes se dieron cita en el apagado cuartel general electoral, al que no se había invitado a los integrantes de las listas al Congreso y Senado. Camps acudió al Alameda Palace sobre las 0.25 horas. Un poco más tarde, la alcaldesa Rita Barberá se unía a una comitiva que trataba de buscar un respiro a un fracaso inesperado. Castellano sí lo encontró. En el análisis que hizo instantes después de la comparecencia en Madrid del portavoz Eduardo Zaplana resaltó que el PP había derrotado a los socialistas en la Comunidad Valenciana y seguía siendo la primera fuerza política.

Un comentario que fue interpretado en el partido como una voluntad decidida de intentar hacerse con el control de la organización que deja José María Aznar tras los desastrosos resultados del secretario general, Mariano Rajoy. Una apuesta que se antoja precipitada.

Otra lectura que ayer se hacía en el cuartel general del PP afectaba a la continuidad o no de Zaplana como presidente regional. Los estatutos de la organización consideran incompatible el acta de diputado con el puesto orgánico. Francisco Camps, que sigue teniendo el récord histórico en unas elecciones (677.860 votos, el 50,47%), no desea mantener la actual situación de bipartidismo. En 2000 consiguió nueve escaños, uno más que Zaplana. Camps ha aprovechado estas dos últimas semanas para llevar a cabo una campaña paralela a la de Zaplana destinada a ganar peso en el partido. La mayoría de los alcaldes le ha mostrado su respaldo. En cambio el titular de Trabajo ha repartido sus quince días en tres objetivos: incrementar sus lazos con Rajoy, seguir ejerciendo de portavoz y acudir, cuando su agenda se lo permitía, a mítines por la circunscripción de Valencia, y también en Alicante.

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últimas informaciones apuntan que a Cotino se le va a nombar Conseller sin catera.....
O sea un puesto con sueldo de conseller pero sin una función muy definida.
Y toda su famila en el negocio de la construcción....