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Nacionales PP.Catalans :: 01/11/2019

La generación 14-O se planta / La generació 14-O es planta

Maties Lorente
El movimiento estudiantil y la juventud instalan una acampada que pretende ser “indefinida” en la plaza Universitat de Barcelona para protestar contra la represión

Castellano

Son las cinco de la tarde del miércoles 30 de octubre y la plaza Universitat de Barcelona parece más el camping de un Festivern que una céntrica plaza de la capital catalana. Más de un centenar de tiendas llenan el espacio central de la plaza en el que se ha llamado la Acampada de la Generación 14-O. "Somos una generación sin futuro. La generación de la precariedad. La que no tiene acceso a la vivienda, la que es víctima de un sistema que amenaza la misma existencia de nuestro planeta". Así se presentan en un manifiesto publicado en las redes sociales esta mañana. "Pero somos, también, la generación del 14 de octubre, la que finalmente ha dicho basta. La que exige responsabilidad a sus representantes políticos para garantizarse un futuro digno. La que no tolerará 100 años de prisión por ejercer sus derechos. La que paralizará el mundo hasta garantizar la plena igualdad entre hombres y mujeres o la que no se detendrá hasta revertir la emergencia climática. Estas somos nosotros", remachan.

De momento, la acampada en la plaza Universidad se mantiene de forma indefinida y ha recibido el apoyo de los CDR, de Tsunami Democràtic, de la ANC, de Òmnium o de Picnic por la República. Además, a través de un comunicado, Acció Escolta de Catalunya, Escoltas Catalanes, Esplais Catalans y Minyons Scouts y Guías de Cataluña llaman a sumarse. Las jóvenes reivindican cinco objetivos a los que pretenden llegar con la protesta. En primer lugar, que "se detenga la represión" y que "se investiguen y se depuren responsabilidades" dentro de los cuerpos policiales españoles y catalán. En segundo lugar, que "Pedro Sánchez condene la represión y la violencia" y "se siente a negociar un referéndum". También piden la amnistía total de todos los presos y presas políticas y que se garanticen los derechos "puestos en cuestión por la sentencia del Tribunal Supremo". La última de las exigencias: "Que se garantice un futuro digno para nuestra generación".

"Se trata de un movimiento transversal, que nace del movimiento estudiantil, de ver que no tenemos un futuro digno", comenta Martí, de Vilafranca del Penedès. Tiene 19 años, estudia diseño en la Universidad de Barcelona y se explica después de que haya conseguido dos compañeras para hacer declaraciones ante la cámara de TV3. "No soy portavoz, pero os puedo ayudar en lo que necesite", contesta cuando le preguntamos si forma parte de la iniciativa. "Hemos decidido venir a acampar para defender nuestros derechos. Ya estamos hartos de que se vulneren sin que haya consecuencias".

En la misma línea se expresa Merced. Tiene 21 años, es de Terrassa, ha estudiado derecho y en la actualidad cursa un máster en la UPF, al tiempo que trabaja, explica, para pagarse los estudios. Merced califica de injusta "la situación irregular de vulneración de derechos histórica que estamos viviendo". Para ella, la acampada "no se trata solo de independencia sí o no": "es muy importante luchar contra la represión, pero la juventud se encuentra que, además, tiene que pagar tasas universitarias abusivas, enfrentarse a un mercado laboral muy precarizado, mucho paro

"La acampada es una respuesta a la sentencia contra el Procés, pero también se debe a un cúmulo de circunstancias. Creo que refleja el descontento que está generando España entre la juventud, con sentencias como las de Altsasu, la Ley Mordaza, la reforma laboral...". Lo explica, con una chapa en la camiseta donde se puede leer "defiende los derechos de los trabajadores" en inglés, Duran de 24 años. Es estudiante de Ciencias Políticas en la UPF e hijo de Arenys de Munt. Al igual que Mercedes, no se puede quedar a dormir porque al día siguiente trabaja. Cuando le preguntamos cómo tienen pensado organizarse, relata que la acampada "le recuerda mucho la ocupación de la UB que se hizo el año 2017, poco antes del 1-O. Como entonces, las decisiones se toman en la asamblea, cada día".

A los tres les preguntamos por el 15M, por las similitudes entre la acampada actual y la que se produjo en 2011. Saben que fue "un momento muy importante", "un movimiento transversal que lucha por los derechos de la clase precaria", según Martí. A Duran, el 15M le evoca una "protesta en la calle indefinida que surge del rechazo de una parte de la sociedad respecto a las actuaciones de las instituciones". Lo que tienen en común los tres: ninguno de ellos participó activamente en las protestas de hace ocho años, pero sí que las ven como un referente. "Hay que tener en cuenta que las personas que participan en esta acampada tienen entre 19 y 23 años", recuerda Martín.

Mientras hablamos con Merced, Duran y Martí, son muchas las personas que se acercan hasta las dos tablas cubiertas en una carpa que hacen de punto neurálgico de la acampada. Muchas llevan comida a la protesta, respondiendo a la llamada que han hecho las jóvenes a través de las redes. También piden utensilios de cocina, material para pasar la noche (tiendas, sacos y mantas), enchufes para cargar los móviles... Encima de las tablas, dos urnas de la votación del 1-O sirven de cajas de resistencia y ya se empieza a ver un buen grueso de billetes, sobre todo pequeños, y baratijas. Una anciana conversa con uno de los jóvenes sobre el futuro del Procés: qué opciones judiciales hay ahora, la posibilidad de pactar un referéndum como en Escocia... Cuando se dan cuenta de que los observamos, la mujer se dirige a nosotros: "¿De qué medio sois, que veo que apuntáis? Porque los periodistas dicen cada cosa estos días...". Tiene casi ochenta años y, aunque sus hijos ya son grandes, tiene una nieta estudiando --aunque "no le van estas cosas"-- y ha venido a traer comida para la acampada. "Me las he visto de todos los colores. Justo aquí al lado me vi inmersa en una carga policial durante la Huelga de los tranvías [1958]. Un policía a caballo me cogió del brazo y me soltó unos metros más allá". Le preguntamos qué estaba comentando con los jóvenes: "Les decía que, por encima de todo, sean pacíficos". "Todo esto va para largo. Veremos si puedo ver cómo acaba", concluye poco antes de despedirse.

Las tiendas de la acampada no son las únicas carpas hoy en la plaza. Como un iceberg en medio del mar, las lonas blancas de los toldos de la Asociación de donantes de sangre de Cataluña sobresalen sobre el resto. Este miércoles y jueves buscan donantes en el mismo lugar elegido para la acampada. Mucha de la juventud ya ha pasado por las literas del banco a esa hora de la tarde. Antonio, un hombre alrededor de los 60 años voluntario de la entidad confiesa: "La juventud cada día me sorprende más, siempre dispuestos a ayudar. Olé y olé por ellos". Él y Jèssica --otra voluntaria-- explican que "han disfrutado mucho trabajando con ellos: son muy organizados y ordenados". Desde la acampada incluso han colgado una pancarta donde se puede leer "Las jóvenes solidarias con el banco de sangre". Cuando les preguntamos que les parece la protesta, dicen que pueden estar de acuerdo o no, pero que lo más importante "es que se manifiesten pacíficamente". Jèssica se despide con una lamentación, una solamente. "El único problema es que como muchos de ellos llevan tatuajes y piercings recién hechos, no pueden donar sangre", nos comenta entre risas.

Pasan unos minutos de las cinco de la tarde y unas 300 personas se congregan frente a la sede histórica de la Universidad de Barcelona cortando la Gran Vía. Comienza la primera asamblea abierta de la Acampada y se empiezan a hablar las cuestiones organizativas y se forman las primeras comisiones de trabajo. Los próximos días continuarán las asambleas, pero también formaciones y actividades culturales. El primer día de acampada cierra con conciertos de Roba Estesa y la Elèctrica Dharma entre otros. Habrá que ver cómo avanza la protesta, que a pesar de realizarse en octubre, huele a 15M con un toque extra de represión previa.

Catala

Són les cinc de la tarda del dimecres 30 d'octubre i la plaça Universitat de Barcelona sembla més el càmping d'un Festivern que una cèntrica plaça de la capital catalana. Més d'un centenar de tendes omplen l'espai central de la plaça en el que s'ha anomenat l'Acampada de la Generació 14-O. "Som una generació sense futur. La generació de la precarietat. La que no té accés a l'habitatge, la que és víctima d'un sistema que amenaça la mateixa existència del nostre planeta". Així es presenten en un manifest publicat a les xarxes socials aquest matí. "Però som, també, la generació del 14 d'octubre, la que finalment ha dit prou. La que exigeix responsabilitat als seus representants polítics per garantir-se un futur digne. La que no tolerarà 100 anys de presó per exercir els seus drets. La que paralitzarà el món fins a garantir la plena igualtat entre homes i dones o la que no s'aturarà fins a revertir l'emergència climàtica. Aquestes som nosaltres", reblen.

De moment, l'acampada a la plaça Universitat es manté de forma "indefinida" i ha rebut el suport de CDR, Tsunami Democràtic, l'ANC, Òmnium o Pícnic per la República. A més, a través d'un comunicat, Acció Escolta de Catalunya, Escoltes Catalans, Esplais Catalans i Minyons Escoltes i Guies de Catalunya fan una crida a sumar-s'hi. Les joves reivindiquen cinc punts-objectius als quals pretenen arribar mitjançant la protesta. En primer lloc, que "s'aturi la repressió" i que "s'investiguin i es depurin responsabilitats" dins dels cossos policials espanyols i català. En segon lloc, que "Pedro Sánchez condemni la repressió i la violència" i "s'assegui a negociar un referèndum". També demanen l'amnistia total de tots els presos i preses polítiques i que es garanteixin els drets "posats en qüestió per la sentència del Tribunal Suprem". L'última de les exigències: "Que es garanteixi un futur digne per a la nostra generació".

"Es tracta d'un moviment transversal, que neix del moviment estudiantil, de veure que no tenim un futur digne", comenta Martí, de Vilafranca del Penedès. Té 19 anys, estudia disseny a la Universitat de Barcelona i s'explica després que hagi aconseguit dues companyes per fer declaracions davant la càmera de TV3. "No sóc portaveu, però us puc ajudar en el que necessiteu", contesta quan li preguntem si forma part de la iniciativa. "Hem decidit venir a acampar per defensar els nostres drets. Ja estem farts que es vulnerin sense cap mena de conseqüència".

En la mateixa línia s'expressa Mercè. Té 21 anys, és de Terrassa, ha estudiat dret i en l'actualitat cursa un màster a la UPF, al mateix temps que treballa, explica, per pagar-se els estudis. Mercè qualifica d'injusta "la situació irregular de vulneració de drets històrica que estem vivint". Per a ella, l'acampada "no es tracta només d'independència sí o no": "és molt important lluitar contra la repressió, però el jovent es troba que, a més, ha de pagar taxes universitàries abusives, enfrontar-se a un mercat laboral molt precaritzat, molt d'atur...".

"L'acampada és una resposta a la sentència contra el procés, però també es deu a un cúmul de circumstàncies. Crec que reflecteix el descontentament que està generant l'Estat espanyol entre el jovent, amb sentències com les d'Altsasu, la llei mordassa, la reforma labora...". Ho explica, amb una xapa a la samarreta on es pot llegir "defensa els drets dels treballadors" en anglès, Duran de 24 anys. És estudiant de Ciències Polítiques a la UPF i fill d'Arenys de Munt. Igual que Mercè, no es pot quedar a dormir perquè l'endemà treballa. Quan li preguntem com tenen pensat organitzar-se, relata que l'acampada "li recorda molt l'ocupació de la UB que es va fer l'any 2017, poc abans de l'1-O. Com llavors, les decisions es prenen en l'assemblea, cada dia".

A tots tres els preguntem pel 15-M, per les similituds entre l'acampada actual i la que es va produir el 2011. Saben que va ser "un moment molt important", "un moviment transversal que lluita pels drets de la classe precària", segons Martí. A Duran, el 15-M li evoca una "protesta al carrer indefinida que sorgeix del rebuig d'una part de la societat respecte a les actuacions de les institucions". El que tenen en comú tots tres: cap d'ells va participar activament en les protestes de fa vuit anys, però sí que el veuen com un referent. "Cal tenir en compte que les persones que participen en aquesta acampada tenen entre 19 i 23 anys", recorda Martí.

Mentre parlem amb Mercè, Duran i Martí, són moltes les persones que s'acosten fins a les dues taules cobertes en una carpa que fan de punt neuràlgic de l'acampada. Moltes porten menjar a la protesta, responent a la crida que han fet les joves a través de les xarxes. També demanen estris de cuina, material per passar la nit (tendes, sacs i mantes), endolls per carregar els mòbils... Al damunt de les taules, dues urnes de la votació de l'1-O serveixen de caixes de resistència i ja es comença a veure un bon gruix de bitllets, sobretot petits, i quincalla. Una dona gran conversa amb un dels joves sobre el futur del procés: quines opcions judicials hi ha ara, la possibilitat de pactar un referèndum com a Escòcia... Quan s'adona que els observem, la dona s'adreça a nosaltres: "de quin mitjà sou, que veig que apunteu? Perquè els periodistes diuen cada cosa aquests dies...". Té quasi vuitanta anys i tot i que els seus fills ja són grans, té una neta estudiant -encara que "no li van aquestes coses"- i ha vingut a portar menjar per a l'acampada. "Jo n'he vist de tots els colors. Just aquí al costat em vaig veure immersa en una càrrega policial durant la Vaga dels tramvies [l'any 1958]. Un policia a cavall em va agafar pel braç i em va deixar anar uns metres més enllà". Li preguntem que estava comentant amb els joves: "els deia que, per damunt de tot, siguin pacífics". "Tot això va per llarg. Ja veurem si puc veure com acaba", conclou poc abans d'acomiadar-se.

Les tendes de l'acampada no són les úniques carpes avui a la plaça. Com un iceberg enmig del mar, les lones blanques dels tendals de l'Associació de donants de sang de Catalunya sobresurten sobre la resta. Aquest dimecres i dijous cerquen donants al mateix indret triat per l'acampada. Molt del jovent ja ha passat per les lliteres del banc a aquesta hora de la tarda. Antonio, un home al voltant dels seixanta anys voluntari de l'entitat confessa: "la joventut cada dia em sorprèn més, sempre disposats a ajudar. Olé i Olé per ells". Ell i Jèssica -una altra voluntària- expliquen que "han gaudit molt treballant amb ells: són molt organitzats i ordenats". Des de l'acampada, fins i tot, han penjat una pancarta on es pot llegir "Les joves solidàries amb el banc de sang". Quan els preguntem que els sembla la protesta, diuen que poden estar d'acord o no, però que el més important "és que es manifestin pacíficament". Jèssica s'acomiada amb una lamentació, una només. "L'únic problema és que com molts d'ells porten tatuatges i pírcings acabats de fer, no poden donar sang", ens comenta entre rialles.

Passen uns minuts de les cinc de la tarda i unes 300 persones es congreguen al davant de la seu històrica de la Universitat de Barcelona tallant la Gran Via. Comença la primera assemblea oberta de l'Acampada i es comencen a parlar les qüestions organitzatives i es formen les primeres comissions de treball. Els pròxims dies continuaran les assemblees, però també formacions i activitats culturals. El primer dia d'acampada tanca amb concerts de Roba Estesa i l'Elèctrica Dharma entre altres. Caldrà veure com avança la protesta, que tot i realitzar-se en octubre, fa olor de 15-M amb un toc extra de repressió prèvia.

La Directa

 

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