La movilización popular fuerza la dimisión de Mazón

Carlos Mazón ha tirado la toalla. Este 3 de noviembre, en una comparecencia institucional cargada de autocompasión y sin admitir preguntas, el ya expresidente de la Generalitat Valenciana ha anunciado su dimisión. «Ya no puedo más», ha dicho, con voz temblorosa, apelando a la mayoría parlamentaria de PP y Vox para que elijan a su sucesor sin pasar por las urnas.

Un gesto que no es valentía, sino cálculo: mantenerse como diputado para conservar el aforamiento y esquivar el banquillo por la gestión criminal de la DANA del 29 de octubre de 2024. Sí, tarde y mal. Exactamente un año después de que el agua se tragara 229 vidas en la provincia de Valencia.

Mazón se va. No por decencia, sino porque las calles ardían de rabia, porque las asociaciones de víctimas lo señalaban como responsable directo y porque hasta su propio partido, el PP de Feijóo, le había quitado el saludo tras el abucheo masivo en el aniversario.

Recordemos los hechos, para que no queden en el olvido. El día del desastre, mientras miles de valencianos morían ahogados, Mazón almorzaba plácidamente con la periodista Maribel Vilaplana en El Ventorro hasta las 18:45. La alerta ES-Alert llegó a las 20:11, cuando ya había 156 muertos confirmados. Siete horas tarde.

Una negligencia institucional en toda regla. No activó la emergencia nivel 2 hasta las 20:00. No pidió ayuda militar nacional hasta el día siguiente. Mintió sobre la predicción meteorológica y culpó al Gobierno central mientras sus consellers se escondían.

Un año de cinismo. 365 días de excusas, de fotos en barro fingido, de culpar al gobierno central por todo mientras las víctimas seguían buscando justicia.

Manifestaciones masivas, pancartas de «Mazón asesino», concentraciones ante el Palau… nada le hizo mover ficha hasta que la jueza de Catarroja citó a Vilaplana y el funeral de Estado lo dejó solo frente a la ira colectiva.

Mazón se va, pero no debe quedar aquí.

La causa abierta por homicidio imprudente y prevaricación debe seguir adelante.
Que declare, que se siente en el banquillo y que responda por cada minuto perdido. No vale el aforamiento como escudo.

Es urgente convocar nuevas elecciones. No puede aceptarse un presidente interino designado a dedo. Que hablen los valencianos en las urnas. También hacen falta responsabilidades políticas. Que el PP valenciano asuma su fracaso. Que Vox, socio de gobierno, explique por qué sostuvo a un incapaz durante un año.

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PP y Vox intentarán poner en marcha en Valencia un primer intento de gobierno claramente antidemocrático

Lucio Martínez Pereda

A Mazón le han impedido que convoque elecciones para así conseguir que el PP y Vox designen un nuevo Presidente de la Generalitat sin pasar por las urnas. El nuevo gobierno no elegido por el pueblo podrá estar en poder hasta mayo del 2027.

La ultraderecha -siguiendo el ejemplo histórico de los fascismos alemán e italiano y sabedora de que estos ejemplos se han olvidado- se ha especializado en recurrir a la propia legalidad democrática para vaciar y debilitar por dentro a la democracia. El objetivo del PPVOX es desfundamentar el valor y la función política de la soberanía salida de las urnas.

La democracia española no debe olvidar que, cuando la ultraderecha se especializa en lo legal, es porque ha aprendido a matar el espíritu democrático sin romper la ley. No lo olvidemos: la historia no se repite, pero rima. Y esta rima suena a Alemania 1933.

nuevarevolucion.es