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Las trabajadoras del SAD en Catalunya van a la huelga por un convenio digno
«La patronal nos está toreando»
«La patronal nos está toreando». Así de directo y sencillo definen desde la sección sindical de la CGT en el Servicio de Atención Domiciliaria de Barcelona el estado de las negociaciones por el VI convenio catalán del sector. Es un acuerdo de condiciones laborales que afecta a miles de trabajadoras – solo en la capital ya son 4.000 empleadas – encargadas de atender a decenas de miles de personas vulnerables. Desde hace más de un año y medio el convenio está en proceso de renovación, sin que ya se hayan producido avances ni acercamientos.
En última instancia el SAD es un servicio público que es responsabilidad de ayuntamientos y Consejos Comarcales. Sin embargo, en la inmensa mayoría de casos está externalizado, así que con quien negocian los sindicatos para definir las condiciones de trabajo es fundamentalmente con patronales como ACRA, la Unió o la Confederació que agrupan a las empresas, fundaciones y otras entidades privadas que tienen la concesión del servicio. Algunas de las empresas más conocidas que operan en este sector son Clece o Accent Social, filiales del grupo ACS que preside Florentino Pérez.
En las últimas décadas el presupuesto público que se destina al SAD ha aumentado considerablemente, parejo al incremento de personas que tienen reconocido el derecho a asistencia por la ley de dependencia, pero las condiciones laborales de las plantillas, que en su inmensa mayoría son mujeres migrantes, siguen siendo extremadamente precarias. Por este motivo, se ha convertido en un suculento negocio para empresas multiservicios, fondos de inversión y otras multinacionales especializadas en presentar ofertas a la baja y hacerse con contratos públicos.
Pese a las dificultades de organización y movilización que comporta trabajar en sectores tan precarizados, las trabajadoras del SAD han protagonizado multitud de conflictos para tratar de dignificar sus condiciones y conseguir reconocimiento social. Uno de los aspectos que más han criticado es que el SAD sufre la misma invisibilización (o incluso más) que el resto de trabajos remunerados de cuidados, como por ejemplo las residencias. Un ejemplo de estas luchas dentro del SAD son las huelgas convocadas para reclamar un convenio en la ciudad en Barcelona que en su momento cubrimos desde Poder Popular.
En este contexto, la negociación del VI convenio catalán es una oportunidad para al menos empezar a revertir las peores condiciones del sector. Por primera vez el sindicato CGT forma parte de la mesa de negociación y ha planteado una serie de reivindicaciones que considera de mínimos. Una de las más destacadas es la eliminación de la bolsa de horas que definen como «uno de los mecanismos más perversos del SAD». Esta forma de calcular y registrar la jornada laboral provoca que trabajadoras con contratos parciales acaben trabajando muchas más horas de las que cotizan y ha sido denunciada reiteradamente a Inspección de Trabajo. Además, CGT defiende que la jornada laboral a tiempo completo se reduzca a 35 horas semanales.
También reclaman que se no se penalicen las bajas – frecuentes por la naturaleza del trabajo y la falta de recursos -, el reconocimiento de la antigüedad a través de trienios y mejoras en las medidas de conciliación. Otro punto clave son los salarios. Actualmente las trabajadoras familiares del SAD cobran sueldos que llegan a duras penas a los 1.000 euros y que no se han actualizado acorde a la fuerte inflación de los últimos años. Por lo tanto, han perdido mucho poder adquisitivo y hay trabajadoras incluso por debajo del umbral de la pobreza.
¿Cómo han respondido hasta ahora la patronal a estas propuestas? Con negativas y sin dar su brazo a torcer. Al contrario, desde CGT denuncian que la contrapropuesta que han puesto sobre la mesa las empresas implica una nueva discriminación: una doble escala salarial con aumentos condicionados a que las administraciones públicas convoquen nuevos concursos para adjudicar el SAD.
Este bloqueo de la negociación ha sido respondido con movilizaciones y protestas que han contado con el apoyo de diversos sindicatos que tienen representación en el sector. CGT ha dado un paso más allá con la convocatoria de huelga para el próximo martes 27 de febrero. Con motivo de este paro, el sindicato ha puesto en marcha una caja de resistencia para solicitar aportaciones que permitan sostener el conflicto a trabajadoras que sin los descuentos de una huelga ya lo tienen difícil para llegar a final de mes. Durante la jornada de huelga también habrá una manifestación que comenzara en Plaça Universitat a las 12 del mediodia.
Por su parte, el sindicato Comisiones Obreras ha convocado paros parciales de cuatro horas por turno el mismo martes 27 de febrero. Según un comunicado, CCOO tampoco considera que la negociación este avanzando y crítica que la patronal está estancada y no plantea contraofertas. En su caso han puesto el foco en la necesidad de un aumento salarial que por lo menos iguale la subida del IPC y evite que las trabajadoras sigan perdiendo derechos laborales.
