Lo que no es un 27 de septiembre

A Txiki hace 44 años lo asesinaron en Catalunya. Y estos días nos llegaban tristes noticias desde ahí. Nunca hay que fiarse de las prédicas abstractas de la paz, sobre todo cuando el terror de estado aparece en toda su brutalidad.

Precisamente la clase política que más está remarcando ahora esa prédica abstracta, PdeCAT (CDC) y ERC (y sus aliados) es la que se había personado judicialmente a través del govern que gestionan para encarcelar a varios catalanes independentistas. Y no es en absoluto nada casual que precisamente la operación de la guardia civil de esta semana haya sido contra varios de ellos y hoy ya encarcelados haciendo subir el número de presos políticos. Es lo que se llama “poner la alfombra represiva”.

Esa misma clase política y sus aliados es la que han ocultado también que no solo fueron 9 los detenidos esta semana sino que fueron 11. Y lo han ocultado porque ellos fueron los culpables. En el preciso instante que los detenidos por la guardia civil se encontraban entre las cuatro paredes del cuartel bajo interrogatorios, el departamento de interior dependiente del govern, a través de los mossos detenían a una persona acusada de participar en una movilización del indendepentismo popular hace año y medio, y también después a un menor de edad de una organización juvenil. Confirmando una vez más, que pese a lanzar al pueblo el mensaje “pacifista” no les importa usar la violencia contra la clase trabajadora, la cual les parece muy bien y efectiva, sino no la usarían para detener, coser a juicios, desalojar espacios populares, provocar ataques de epilepsia, hacerse con todo tipo de material violento en los previos del juicio contra presos políticos para reprimir o cargar contra manifestaciones de protesta por las detenciones.

Al fin y al cabo detrás de esta prédica abstracta de la paz por parte de cierta clase política no se encuentra ninguna otra cosa que la defensa del monopolio de la violencia para una clase concreta. Lo que también tiene una palabra en según que circunstancias: colaboracionismo.

Ese colaboracionismo, esa prédica abstracta de la paz, esas alfombras represivas … en Euskal Herria hace tiempo hicieron surgir un lema muy coreado: “Hablan de paz, torturan y asesinan”. El colaboracionismo nunca ha sido “pacifismo” por mucho que quieran inculcarle a la clase trabajadora lo mucho en paz que tiene que estar. La prédica abstracta de la paz es matemático que esconda una violencia o una renuncia política, o las dos cosas, que precisamente es lo que asienta la injusticia.

Lo cierto y comprobado históricamente es que a ningún estado le agrada que le confronten de ninguna de las maneras, que los propagandistas de la falsa paz nunca hablan abiertamente de su agenda y lo que también siempre acaba siendo cierto es que los que ante situaciones que tendrían que elevar tanto la conciencia como la intervención en ascenso del pueblo en lucha, los propagandistas de la falsa paz solo sirven de bomberos. Ya que lo importante para ellos no es la “lucha pacífica” sino que no controlen la lucha para servirse de ella y luego arrojarla a la basura en mil y una derrotas de los pueblos y la clase trabajadora a lo largo de la historia por confiar en una clase que nunca le ha llevado a ninguna victoria. Eso es a fin de cuentas lo que no es un 27 de septiembre, que indica a pasado , presente y futuro que no habrá paz sin justicia, y que la paz nunca la puede traer ningún estado burgués sino la clase trabajadora acabando con toda dominación. Entenderlo de otra forma suele ser el terreno de los embaucadores para frenar las rebeliones.