lahaine.org
Nacionales PP.Catalans, Estado español :: 21/01/2025

La infiltración de la policía española en los movimientos sociales de los Països Catalans

Víctor Serri
Entrevista con Gemma Garcia Fàbrega y Sònia Calvó, directoras de 'Infiltrats', que revelan detalles inéditos del espionaje a los movimientos sociales

El reportaje Infiltrats, producido por 3Cat, la Directa y Polar Star Films, acaba de revelar informaciones inéditas sobre los patrones y los errores de las operaciones de infiltración policial en los movimientos sociales en Catalunya y en el País Valencià. Todo empezó con una investigación periodística de la Directa hace más de tres años, y que, hasta ahora, ha destapado cuatro casos de policías españoles infiltrados en el activismo de los Països Catalans. Ahora las periodistas Gemma Garcia Fàbrega y Sònia Calvó han dirigido un reportaje para el programa 30 minuts que habrá puesto muy nervioso a más de uno en la Comisaría General de Información, el servicio de inteligencia del Cuerpo Nacional de Policía.

Las revelaciones de los errores policiales -desde un lápiz de memoria con fotos comprometedoras hasta una videollamada a una de las infiltradas donde reconoce todo- ponen en entredicho las versiones dadas hasta ahora por el Ministerio del Interior del Estado español. "Hay infiltrados en toda España", llega a confesar sin saber que la grababan la agente infiltrada Maria Isern. Puede recuperar el reportaje entero del 30 minuts aquí.

Detrás del reportaje Infiltrats hay tres años de investigación periodística en la Directa. ¿Cómo comenzáis en la Directa a estirar el hilo de los casos?

Gemma Garcia (GG): En 2022 se ponen en contacto con la Directa personas vinculadas al Sindicat d'Estudiants dels Països Catalans para alertarnos de una sospecha sobre una persona que milita con ellos. De forma fortuita, un grupo de personas que lo conocían de antes se lo encuentran en Barcelona y nos aseguran que es en realidad un policía. Entonces, comienza una investigación para determinar la identidad real de esta persona, y, a través de unas comprobaciones fotográficas y de un rastreo que no podemos explicar, acabamos descubriendo quién es: es un policía bajo las iniciales I. J. E. G., que pertenece a la 33ª promoción de la Escuela de Policía de Ávila y que actúa bajo la identidad falsa Marc Hernàndez Pons. Esto pone a otros activistas en alerta, y es el inicio de todo ello.

Los infiltrados son activistas relativamente anónimos, de base, que habían permanecido durante al menos dos años teóricamente bien camuflados dentro de los movimientos sociales catalanes y valencianos. ¿Qué "errores" cometen para ser descubiertos? ¿Por qué se convierten en sospechosos?

Sonia Calvó (SC): Por un lado, están los errores que cometen y después están los patrones comunes de comportamiento que se pueden detectar pasado un tiempo. Ahora, en el programa 30 minuts, hemos revelado por primera vez algunos de los errores clave. Hay de todo tipo. Las operaciones tienen fallas. Un ejemplo: sin darse cuenta, Dani Hernàndez Pons, el infiltrado que se metió en el centro social La Cinètika del barrio de Sant Andreu de Barcelona, estuvo facilitando su geolocalización del teléfono móvil. Cuando decía que estaba en Palma visitando a la familia, en realidad estaba en Madrid, desde donde se dirigen las operaciones de la Comisaría General de Información de la Policía Nacional. Esto hizo que se pudiera comprobar que estaba diciendo mentiras a sus compañeros.

Pero hay un error decisivo, ¿no? El del famoso lápiz de memoria o pendrive del supuesto Dani Hernàndez Pons.

SC: Sí, sí. Resulta que, cuando se empieza a saber que estamos investigando si es un infiltrado o no, una persona recuerda que, meses antes, el tal Dani Hernández le había dejado un lápiz de memoria para que se grabara un programa informático. El lápiz de memoria quedó olvidado en un cajón durante mucho tiempo. Nos lo entrega y, en los metadatos, pudimos recuperar, a través de un programa informático, una serie de fotografías que el infiltrado pensaba que estaban borradas, donde aparece él en la Escuela de Policía de Ávila.

¡Uau! Y, en ese momento, en el momento de ser descubiertos, se pudo hablar con los policías infiltrados o interpelarlos... ¿o habían huido ya?

GG: Hay un antes y un después de la revelación del primer caso de infiltración, el de Marc Hernández. Cuando él fue descubierto, hacía ya unas semanas que no aparecía mucho por los espacios sociales, pero había mantenido el contacto con el entorno militante. Decía que había ido a Mallorca porque su padre padecía cáncer, aunque en realidad él era de Menorca. Y, a partir de que la Directa publicó su caso, los demás policías, que pertenecían exactamente a la misma promoción de la Escuela de Policía de Ávila, empezaron, poco a poco, a ausentarse y alejarse fingiendo que debían volver a su casa porque tenían un familiar enfermo o excusas similares. El proceso de extracción debe realizarse poco a poco, para no levantar sospechas, así lo subraya la policía que entrevistamos en el reportaje... Cuando la Directa los descubría y les llamaba para hablar con ellos, colgaban el teléfono y desactivaban el aparato para siempre. Desaparecían. Solo hubo una excepción.

¿Cuál?

GG: El caso de Maria Perelló, que se había infiltrado en el independentismo y en los movimientos sociales de Salt y de Girona, y que había mantenido una larga relación sexoafectiva con el activista independentista Òscar Campos. Como se ve en el reportaje, él le hizo una videollamada y le dice que le han descubierto, que sabe que es una policía. Ella, en lugar de colgar como habían hecho los demás, mantuvo una larga conversación con él que fue grabada por la Directa. Ella lo reconoce todo, explica cómo la Policía la capta, a ella y al resto, por hacer de espía a través de la Comisaría General de Información, dice que son de la misma promoción, y que hay casos de infiltración policial en todo el Estado. Efectivamente, la infiltración como método de espionaje no es nuevo, siempre ha habido infiltrados, no sólo en organizaciones armadas, también en movimientos sociales, como la okupación, o el antimilitarismo. Pero, en este caso, se ha llegado muy lejos con las investigaciones y forman parte de una operación coordinada en un contexto determinado.

Una cuestión clave es saber si se ha detectado sólo el 1% de los policías infiltrados o se ha detectado ya el 90%.

SC: Ésta es una de las preguntas que quedan por responder. Se han detectado cuatro casos en Barcelona, València y Girona, y otros cinco casos en Madrid. El último es el de una policía de 62 años infiltrada en el activismo madrileño durante dos décadas, casos que destaparon El Salto y eldiario.es. Pero puede haber muchos más. Sin embargo, es importante no entrar ahora en la paranoia de pensar que cualquier persona nueva que llegue a una organización social puede ser un policía. Sería importante que los movimientos sociales no se cierren ahora a la entrada de personas nuevas que quieran entrar a militar.

En los casos de infiltraciones de València, Girona y Barcelona, se trata en concreto de cuatro agentes de la promoción número 33 de la Escuela de Policía de Ávila y que, teóricamente, se infiltraron todos a principios del año 2020. ¿Qué sabemos de esta promoción? ¿Trabajaban en una misma operación de vigilancia?

GG: Parece que no es casualidad. La utilización de este método de espionaje en un contexto de movilizaciones contra la sentencia del Procés durante el otoño de 2019 ha sido reconocido por el Ministerio del Interior. Lo que sabemos es que todos ellos tienen en común que son agentes jóvenes, que salen de la Escuela de Policía de Ávila y hablan catalán. Tres de ellos vienen de las Balears y el infiltrado de València es de Catalunya. Se supone que las operaciones arrancan a principios de 2020, antes de la pandemia del covid. Los cuatro llegan lejos para mimetizarse con el entorno: hacerse tatuajes políticos, liderar acciones de sabotaje, realizar reuniones en sus pisos...

No conocemos los detalles de los operativos porque todas las operaciones están bajo un secreto absoluto y están amparadas por la Ley de secretos oficiales, que recordemos que es una ley franquista. Nos hemos puesto en contacto con el Ministerio del Interior y con la Policía Nacional para que expliquen qué estaban investigando, pero han declinado participar en el reportaje.

Hay una cuestión compleja de abordar como activistas y periodistas: las relaciones sexoafectivas de los policías con activistas catalanes. Sin embargo, no puede obviarse. Es un tema clave; de hecho, la abogada de CGT Laia Serra (que lleva la denuncia judicial conjuntamente con Irídia) afirma que no fue una casualidad, sino que era "el método".

GG: Cuando investigábamos el segundo caso, descubrimos que el policía infiltrado había tenido una relación sentimental de más de un año con una militante del centro social La Cinètika. De hecho, había tenido distintas relaciones con más mujeres. Por eso Laia Serra explica que, tuvieran órdenes policiales de hacerlo o no, fue un método para conseguir una infiltración perfecta. Porque, si te presentas en espacios sociales u organizaciones de la mano e, incluso, siendo la pareja de una activista, tienes un aval. Después, supimos que el método estaba mucho más pensado: al menos este policía se metía en una aplicación de citas que permite un filtrado por ideología y forma de pensar políticamente, está pensada para conectar a gente que piense de forma similar. Esto les servía como forma de entrar en contacto con gente que militaba en política o en espacios sociales alternativos a pesar de no conocer a nadie de este mundo. Y, a través de estas relaciones sexuales o afectivas, se les abrían puertas. Son infiltrados las 24 horas del día, como ratifica la policía que entrevistamos, y, por tanto, deben mimetizarse con el entorno, se van de vacaciones juntos; incluso, la policía infiltrada en Girona presenta a su pareja a su familia real. Los infiltrados dan pasos muy bestias para consolidar a su personaje, lo que hace muy difícil sospechar de ellos. Incluso, uno de los policías infiltrados llega a hacerse un tatuaje de una estrella del caos en la rodilla

Con el reportaje de 30 minuts, o con el trabajo realizado durante estos años por la Directa, ¿haéis llegado a alguna conclusión política de por qué quieren infiltrarse en espacios como el centro social La Cinètika, entidades vecinales como Resistim al Gòtic o Cuidem Benimaclet , ¿el movimiento por la vivienda o de apoyo a personas migradas en Girona y Salt o el centro social okupado anarquista l'Horta?

GG: No lo sabemos. Pero podemos recordar cuál era el contexto político y social de ese momento, y entenderemos más cosas. En otoño de 2019, entre octubre y noviembre, se producen las movilizaciones contra la sentencia del Procés. Veníamos de todos los años del Procés, el 1-O y, después, del Tsunami Democràtic. Entonces, supuestamente a inicios de 2020, llegan todos ellos a Cataluña y València. Tras la primera demanda judicial, tras dar a conocer el caso del primer infiltrado que se destapa, Interior reconoce y justifica las operaciones de infiltración policial en los movimientos sociales. En este informe, la Comisaría General de Información considera "legítimo, idóneo y oportuno" utilizar agentes infiltrados con identidades falsas dentro de lo que llama "proyectos secesionistas ilegales", porque se están produciendo movilizaciones masivas en Catalunya y reconocen que necesitan aplicar métodos excepcionales para entender lo que está pasando. El informe también vincula al movimiento independentista con el terrorismo y considera que la multimilitancia de sus miembros hace especialmente complicada su vigilancia mediante otros medios. Por tanto, nosotros creemos que les interesa entender cómo funcionan los movimientos sociales en Catalunya y en el País Valencià y tener un buen mapeo de organizaciones, de activistas, informaciones básicas.

Sin embargo, es una operación que cuesta mucho dinero, que introduce al menos cuatro agentes policiales 24 horas al día, 365 días al año, en un entorno para ellos hostil. Incluso, si te pones en su piel, es una operación arriesgada en la que su vida o, al menos, su salud corre peligro si son descubiertos in fraganti.

GG: Se han destinado muchos recursos económicos y humanos, sin que de las operaciones se haya derivado ninguna detención ni proceso judicial contra las personas espiadas. Sería, pues, un espionaje prospectivo. Además, no existe ningún control judicial de las actuaciones de estos agentes. Por tanto, también nos preguntamos: ¿por qué se han escogido estos espacios y qué se ha hecho con la información que han captado y reportado los agentes?

¿Los Mossos d'Esquadra, siendo la policía con competencias en Catalunya, no tienen agentes infiltrados en los movimientos sociales?

SC: Tampoco lo sabemos; sin embargo, si todas las policías del mundo utilizan estas figuras para extraer información, no sería imposible que tuviera o haya tenido algún policía infiltrado.

GG: En su día, el exconseller de Interior Joan Ignasi Elena negó tener agentes infiltrados en los movimientos sociales catalanes. Lo que sí es verdad es que no todo espionaje debe ser físicamente: en las redes sociales y en internet en general la policía puede encontrar muchas informaciones. La Directa publicó que agentes de los Mossos habrían suplantado identidades digitales para conseguir información. En 2020, en plena pandemia, al menos 11 direcciones de correo electrónico de La Forja, d'Arran, d'Endavant, de la CUP, del Ateneu La Base y del Sindicat de Llogateres fueron suplantadas y se enviaron más de unos sesenta correos falsos para captar información, y dos de las IP detectadas tras la trama corresponderían a los Mossos d'Esquadra y al Centro de Telecomunicaciones y Tecnologías de la Información de la Generalitat de Catalunya.

¿Se están investigando más casos de infiltraciones en la Directa?

SC: Previamente y posteriormente a la emisión del reportaje, seguimos investigando casos. El trabajo por parte del equipo de investigación hace tiempo que se hace y continuará. Es un periodismo lento, que requiere mucho tiempo. Es importante apostar por este tipo de periodismo, investigación y denuncia.

GG: También debo decir que a la Directa nos han llegado otros casos de sospechas, y, una vez hecha la investigación, los hemos acabado descartando. Igualmente creemos que es importante no enlentecer posibles paranoias que se hayan generado.

¿Tenéis ahora miedo que en medios como la Directa, precisamente por el hecho de tener tanta información sobre el tema policial, pueda haber un infiltrado, ahora, en el pasado o en el futuro?

GG: Nunca se sabe. Cuando trabajamos con los temas delicados, siempre tomamos medidas de seguridad y somos discretos. Durante las investigaciones de los infiltrados y la realización del reportaje para 30 minuts se ha vigilado mucho qué uso se hacía de la información, por seguridad, para evitar filtraciones... Pero confiamos plenamente en todo el equipo de gente que realiza la Directa.

elcritic.cat

 

Contactar con La Haine

 

Este sitio web utiliza 'cookies'. Si continúas navegando estás dando tu consentimiento para la aceptación de las mencionadas 'cookies' y la aceptación de nuestra política de 'cookies'.
o

La Haine - Proyecto de desobediencia informativa, acción directa y revolución social

::  [ Acerca de La Haine ]    [ Nota legal ]    Creative Commons License ::

Principal