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Nacionales PP.Catalans :: 25/03/2025

Cataluña: La huelga ferroviaria y el no traspaso de Rodalies

Alfons Bech
Quizás los sindicatos de clase trabajadora deberían aprovechar el traspaso para exigir que todo el mundo forme parte de una única plantilla con mismos derechos

Diferentes plataformas de usuarias, defensoras del transporte público y de la movilidad sostenible, convocaron para el pasado sábado día 22 concentraciones frente a estaciones de muchas ciudades y pueblos de Cataluña. El lema es “Por un servicio ferroviario digno para todos”.

El traspaso de Cercanías vuelve a estar bloqueado. Esta vez, el Gobierno y la dirección de RENFE y ADIF han aprovechado la convocatoria de huelga para cerrar un “acuerdo” que deja en papel mojado lo pactado previamente entre ERC y el PSOE. No habrá empresa catalana ni control por parte de la Generalitat: RENFE sigue tomando todas las decisiones. El mensaje es claro: RENFE y ADIF se mantienen indivisibles, blindadas ante cualquier intento de descentralización.

Todo esto sucede tras años de desinterés y maltrato por parte del Estado y sus empresas ferroviarias hacia la ciudadanía catalana, que sigue sufriendo retrasos, averías, desinformación y pérdida de tiempo. La indignación es total entre quienes usan diariamente el servicio ferroviario, la mayor parte gente trabajadora.

Como ha ocurrido con otras competencias transferidas —salud, seguridad, ocupación—, el traspaso ha sido siempre positivo para trabajadores y usuarios. No hay razón para pensar que en este caso sería diferente. El debate sobre las condiciones laborales no debería ser un obstáculo, sino una oportunidad para mejorarlas y garantizar su mantenimiento en el nuevo modelo.

Detrás de la oposición al traspaso por parte de RENFE y del gobierno hay una utilización de ciertos intereses corporativos para frenar el avance de una gestión más eficiente y próxima. Colectivos como el de maquinistas —con condiciones laborales reconocidamente buenas, aunque con dificultades reales— han sido situados en el centro del conflicto, a menudo trasladados a Cataluña sin preparación suficiente, en un entorno cultural y lingüístico diferente, lo cual genera incomodidad y rechazo.

Pero el problema no son los maquinistas, ni siquiera su sindicato corporativo SEMAF, que son usados como excusa. Quizás los sindicatos de clase trabajadora deberían aprovechar el traspaso para exigir que todo el mundo forme parte de una única plantilla con mismos derechos, para exigir que se cubran todos los puestos de trabajo que hoy carecen después de años de recortes. Mejor esto que oponerse al traspaso, ¿no?

Es necesario garantizar todos sus derechos laborales: salarios, condiciones, movilidad, formación. Pero el problema es político: se utiliza esta situación para frenar un modelo de gestión ferroviaria que priorice el interés de la mayoría social usuaria del servicio.

También convendría visibilizar las condiciones del resto de trabajadoras y trabajadores del ferrocarril: personal de circulación, mantenimiento, limpieza, atención al público, muchos de ellos con condiciones precarias, sin visibilidad en el debate público, pero esenciales para el buen funcionamiento del servicio.

RENFE y ADIF han mantenido una lógica centralista y opaca que desprecia la mejora del servicio público en Cataluña. El bloqueo del traspaso perjudica a la ciudadanía y perpetúa un modelo ineficaz y ajeno al territorio.

Es urgente avanzar hacia una empresa pública ferroviaria catalana que gestione de forma directa y transparente todo el sistema de Rodalies, integrando a todo el personal que realmente trabaja en el servicio.

El traspaso sería la ocasión para incorporar en una sola empresa todas las contratas y subcontratas que trabajan en el ferrocarril, con convenios diferentes, en peores condiciones que los demás y, a menudo, faltos de personal, origen de muchos de los caos por averías que se producen al no hacer revisiones. Este es el único camino para garantizar un transporte ferroviario digno, eficiente y justo para todos y todas en Cataluña.

Si queremos una empresa pública que garantice esos derechos ¿no sería lo mejor que el traspaso fuera de todo el dinero que debe el Estado, todo el personal e instalaciones a la empresa pública catalana Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya?

* Jubilado, ex ferroviario de ADIF, afiliado a CCOO. Sinpermiso

 

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