Molotov, ¡y Cuba!
Es obvio que vivimos en un ninguneado siglo atrapado por las garras despiadadas del imperialismo, en manos de sátrapas, cuya identidad y única paz es la cúpula banquera. Las dependientes democracias capitalistas europeas muestran su trasfondo siniestro. Socorren a bocajarro sus órdenes la extenuación puntual del imperialismo yanqui, prostituyendo la palabra pueblo y libertad, perforando aún más el antagonismo, contenido y esencia, adulterando el concepto ser o no ser en cuanto a dignidad e independencia, acomodando sus ambiciones sobre una falsa paz de guerra ininterrumpida contra los pueblos y culturas que no se someten