Manifestación 12F Barcelona: Somos incómodos.

El tratamiento realizado desde los medios de comunicación oficiales progres al llamado por ellos ‘movimiento antiglobalización’ desde su aparición hasta no hace mucho ha sido mayoritariamente condescendiente, paternalista y únicamente preocupado en función del uso o no de la violencia, siempre convenientemente descontextualizada.

Se canalizó el descontento social provocado por los avances del capitalismo salvaje hacia conocidos objetivos electorales. La capacidad de movilización perdida hace tiempo por los partidos políticos social-neoliberales era el rasgo identificativo de ese grupo heterogéneo pero unido en protestas puntuales hacia síntomas concretos de la actual fase capitalista.

Así, convenientemente ampliados sus mensajes, acciones y convocatorias por los medios próximos al partido socialista , se aprovecharon sus iniciativas para visualizar una oposición popular focalizada contra el anterior gobierno del PP mientras ignoraba el fondo ideológico anticapitalista del núcleo movilizador de esas campañas.

De esta forma, plataformas contra la guerra , el PHN, la cumbre de la UE en Barcelona 2002, etc. tuvieron un fácil acceso a los medios que permitieron la llegada a amplios sectores de la población de parte de sus mensajes, y especialmente de sus convocatorias.

Una vez alcanzado el Poder, la situación ha cambiado. No podía ser de otra forma.

Las movilizaciones izquierdistas realizadas durante el anterior gobierno no podían ser toleradas en esta nueva fase pues su canalización no es viable hacia ningún objetivo habitual. ¿Contra qué protesta esta gente? La respuesta automática ya no puede ser ‘contra el PP’. ¿Contra qué entonces?

Siendo obvio, visto desde fuera, el carácter izquierdoso (por llamarlo de alguna forma) de las acciones realizadas por estos movimientos sociales y políticos, es cada vez más difícil de ocultar que movilizaciones y resistencias populares no son otra cosa que acciones anticapitalistas, claras y nítidas. Que no se pide un cierto cambio sino que se muestra un asqueo común a la actual dictadura del capital, que esta dictadura es fácilmente identificable una vez mostrada y que el asqueo individual de muchos afectados puede canalizarse, esta vez, contra el propio sistema.

Punto. Hasta ahí se puede tolerar: somos un problema pequeño, pero un problema peligroso en su potencial.

Tomando como ejemplo las actividades de la plataforma contra la constitución europea, y en especial la convocatoria de la manifestación por el ‘No’, podemos tener un ejemplo claro y nítido:

Siguiendo prácticas habituales contra el independentismo vasco, la sincronización entre el ala jurídica y la ejecutiva del estado español junto a la colaboración de los medios de comunicación han sido usados para acosar, atacar y aislar las acciones realizadas y convocadas por esa Plataforma.
Su acceso a los medios ha sido nulo, cortes de la principal vía de Barcelona frente al Palacio de Congresos donde ZP daba un mítin ante sí mismo han sido ignorados, centenares de jornadas de debate por toda Catalunya silenciadas, Delegación del Gobierno y Junta electoral escudándose en una excusa patética ilegalizan la manifestación por el ‘No’ ofreciendo un plazo para recurrir de 24 horas que coinciden en Domingo, ningún medio de comunicación menciona la convocatoria durante la semana, crónicas telegráficas que explican cómo ‘centenares de personas , muchos de ellos inmigrantes’ participaron en una manifestación por el No que se transformó en un ‘Papeles para todos’.

Todo ésto hecho con un único objetivo, a partir de este momento probablemente sistemático: Aislar, callar y atacar las coordinaciones anticapitalistas para impedir su extensión entre la población.

No sé si alguien puede mostrarse pesimista porque ya no es simpático para los medios oficiales; deberían tener en cuenta que si tu enemigo no te ataca es que no eres peligroso para tu enemigo.

Tenemos que seguir trabajando por el ‘No’, pero especialmente por el proceso de toma de conciencia que lleva implícito el gran trabajo de información que estamos realizando. Será grande o pequeña la brecha que podamos abrir, pero lo que es seguro es que es brecha existirá y nadie puede predecir qué pasará después.

Todas, absolutamente todas las acciones y actos de concienciación realizados en esta campaña por el No han nacido de la acción en la calle, de colgar carteles, de conseguir fondos entre compañeros, de machacar y explicar individualmente lo que nos ocultan, de repartir panfletos. Los apoyos conseguidos no son equiparables a aquellos que puedan no apoyar nuestra visión de la barbarie en que vivimos y sus responsables, todos aquellos que voten ‘No’ han sido convencidos de algo más que una opinión sobre una Constitución en particular.

Ya nadie podrá explicarles que el malo en todo ésto es Aznar, el horizonte ya no puede taparse con humo.

No sé si, como dijo Nines Maestro al final de la manifestación, estamos ante el inicio de la recomposición del movimiento obrero y su unión con los movimientos sociales anticapitalistas del estado. Lo que está claro es que una base joven está mirando de cara a la bestia sabiendo cómo es, cómo le afecta y de qué es capaz.

El día después del referéndum hay que continuar avanzando en la concienciación popular. El nulo interés del Poder por manipular nuestras movilizaciones a su favor nos ayudará a hacer comprender el núcleo del problema consiguiendo con el tiempo, quizás no mucho, un número de militantes comprometidos mucho mayor.

Por supuesto, también habrá que plantearse y responder alguna vez las típicas preguntas:
¿Cómo tomar y marcar la iniciativa movilizadora y rebelde? ¿Cómo crear y fortalecer una coordinación estable, nada más, entre diferentes compañeros y grupos anticapitalistas de forma que seamos a medio plazo una amenaza real para el sistema?